Niña, esclavitudes las justas... |
No seas rebelde con causa y sin causa. Relegada y renegada. Renunciante aún renunciada.
Abandona la crisálida dolorosa. Presumida y demacrada yaces latiendo en las entrañas del desengaño.
Te recreas huidiza de la medusa casposa que cercenó las alas de la mariposa.
Una Circe aficionada que dejará sus artes en un infierno del que huye aunque lo tenga a las puertas.
Sumisión fingida. Solo eso.
Persevera en la sonrisa acartonada de negativo falso.
Agujas que duelen por su persistencia. Pertinaces y constantes.
Dolor y desazón.
Angustia y llanto perenne Incesante.
Angustia de momentos que laceran La Paz que la Bella se empeña en procurarte.
Solo las notas de terciopelo rescatan por instantes.
Persiste en la belleza.
Aunque corran malos tiempos para la lírica de la flor olvidada.
Sueños tenedla en pie.
Volverán las oscuras lágrimas en la cueva sus nidos a colgar.
Pero aquellas dulces esperanzas no volverán.
Lo que abandona el tiempo jamás regresa.
Aunque se disfrace de nieve, luz, danza y brisa.
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