Esto de tener el blog es una cosa maravillosa. Te permite disponer de un espacio en el que puedes expresarte con libertad sin temor a parecerle políticamente incorrecto a nadie simplemente porque es tu espacio y ya está, quien lo visite asumirá lo que leas. Si acaso soportaremos algún que otro comentario que tenemos la ventaja de poder moderar.Es como estirarse en medio de una multitud o bostezar sin temor a que nadie vaya a tomarte por un maleducado. Y si lo hacen francamente...¡no me importa!
Puedes por ejemplo decir que estás de los progres de pacotilla hasta donde la espalda pierde su honrado nombre (como decía el genial Cervantes) o que lamentas vivir en una sociedad donde el ombligo de cada uno es la medida de todas la cosas o incluso puedes darte el gusto de colgar vídeos políticamente poco correctos.
Me cansa la mediocridad y los convencionalismos, las conversaciones vacías y las marujonas que no saben más que restregar las bondades de sus retoños, pero repito sobre todo me cansan los progres baratos que hablan de tolerancia cuando lo único que hacen es calificar de intolerable todo lo que se les oponga a ese pensamiento único que pretenden a imponernos a todos, esos que llaman a los cristianos comprometidos fanáticos sólo por defender su fe, a los que quieren desterrar todo lo que huela a Cristo y prefieren abrazar las bondades de otras religiones que curiosamente denigran los derechos de las mujeres impidiéndoles los derechos más fundamentales y básicos como el de elegir marido, que proscriben a los que hablamos de Todos los Santos pero dilapidan su pecunio en calaveras y calabazas importadas de la colonizadora Norteamerica, que proscriben los crucifijos porque hieren la sensibilidad... a mi me hiere más que intenten enseñarle a un niño cómo masturbarse en aras a una libertad que nadie entiende de esa manera sino ellos.
Por cierto este crucifijo lo rescaté de un cuarto de trastos...estaba en uno de los Institutos en los que trabajé...a alguien le molestaba y lo apartó para deshacerse de él...me lo trajo un alumno al que le dolía verle en ese estado...ahora está colgado de la pared de mi casa. Lo veo todo los días cuando entro en casa y pienso que todo esto merece la pena...a Él le mereció.