Han sido dos días de una intensidad desbordante. Envueltos en una luminosidad inesperada iniciábamos nuestro periplo jacobeo transidos de emoción por el reto que se nos presentaba,. ¡La Faba!, mítica cuesta internacionalmente conocida por todos los peregrinos de la ruta de Peregrinación más importante de la Cristiandad. Ahí estaban los valientes alumnos y alumnas de Religión del Bellido con sus dos intrépidas profes.
Llegamos desahogadamente a Herrerías, nuestro punto de inicio. Con el tiempo suficiente para comenzar y deseosos de abrazar a nuestros compañeros vallisoletanos - la actividad las realizábamos conjuntamente con un grupo de casi 50 alumnos y 4 profes del Instituto Juan de Juni de Valladolid Capital y del Gómez Pereira de Medina del Campo.
Yo por mi parte acudía a la cita con la emoción contenida de reencontrarme con alumnos de Medina que dejé en 1º de la ESO y ahora me encontraría en 1º de Bachillerato. Me sorprendió acordarme del nombre de algunos de ellos y recordar tantas anécdotas vividas. Ciertamente los primeros alumnos no se olvidan fácilmente y Medina me regaló grandes momentos.
Nada más bajar del autobús la primera sorpresa que me tenía preparada el Apóstol era una peregrina de Kentucky que reconoció la causa que aparecía en mi sudadera.
.- ¡Oh! Crossroads!! Prolife!!. My sister ir prolife. She belongs to Crossroad. I am prolife too
Crossroads es una iniciativa de jóvenes nacida de una sugerencia que el Papa Juan Pablo lanzó a los jóvenes en una de las Jornadas Mundiales de la Juventud y que pretende concienciar a la sociedad del valor sagrado de la vida humana. Un grupo de jóvenes aceptó el reto y crearon una asociación de jóvenes provida que realizan marchas por distintos puntos del mundo para informar sobre esta causa. Mis alumnos y amigos conocen de mi pasión por la defensa de la vida. Es algo que no suelo disimular.
La cosa empezaba bien. Una compañera de causa nos recibía con una amplia y blanca sonrisa enmarcada en un rostro tostado por el sol del camino en el que resplandecían unos luminosos ojos de color celeste.
Pronto llegaron los compañeros de Camino castellanos con sus 4 profes, que resultaron ser unos primeros espadas. De esos profes de raza que aman la educación por encima de casi todo: Juan, profe de plástica, artista inquieto, gran conversador muy preocupado con sus alumnos, motivador y motivante, un gran tipo con muchísimo talento, José Luis, profe de matemáticas, discreto y observador, tenaz y deportista amante del tenis; Aurora, profesora de música y coordinadora de convivencia en el Centro, mujer bondadosa, polifacética, increíblemente humana y vital y Nines, la profe de Reli, entusiasta, emprendedora, risueña, servicial y muy querida por sus alumnos,El equipo leonés estaba integrado por Ángeles, profesora de Historia del Bellido mi vocacional compañera infatigable y fiel colaboradora del Departamento de Reli en todos los periplos extraescolares a la que tantísimas cosas tengo que agradecer y la que suscribe. Juntos integrábamos el Equipo A que pretendía llevar por el buen Camino de las estrellas a un animoso grupo de escolares de Secundaria y Bachillerato.
Y lo conseguimos. La conjunción de factores propicios fue providencial: buen tiempo, buen clima, y mejores disposiciones de ánimo convirtieron en feliz el acontecimiento. Ciertamente no faltaron rozaduras, agobios, lágrimas, calambres, protestas y desánimos varios. Pero la fascinación y camaradería logró superar todas las barreras y dificultades.
Consiguieron olvidarse de móviles durante largo rato, descubrir la belleza de los campos otoñales, embelesarse en la contemplación de las increíbles vistas desde el puerto de O cebreiro, o de las estrellas que nos regaló la noche despejada, disfrutar de la cena en una típica palloza gallega, beber de las cristalinas fuentes al pasar por las aldeas.
Era extraordinario verles relacionarse con los peregrinos charlando de tantas y tantas cosas, disfrutar de sus ocurrencias, reirse con sus chistes, frenar sus bravuconadas, aplacar sus ímpetus juveniles, respirar su pasión por la vida, empaparse de su autenticidad, curarse de la resignación y aburguesamiento cotidiano que padecemos.
Hasta la noche resultó mucho mejor de lo esperado. Contra todo pronóstico dormimos y durmieron con lo cual la etapa del día siguiente se hizo con relativa facilidad.
Será difícil olvidar esta experiencia. Será difícil que ellos la olviden.
Al regreso sus caras resplandecían de entusiasmo.
Vale la pena seguir adelante. Vale la pena emplear tiempo en organizar actividades que les sirvan para aprender.
Ellos si que merecen la pena.
Samos fue el final de nuestro periplo jacobeo por este año. Pero habrá más. El Camino continúa y presiento que cada vez será más fascinante.
Por cierto...esperando subir al autobús escuché un
Hi!!
La peregrina provida de Kentucky que me encontré al bajar del autobús pasaba bastón en mano a nuestro lado como despidiéndonos. Por mucho que al lector le sorprenda tal coincidencia - Samos no es un punto convencional del Camino, sino una variante del Camino francés y no precisamente la más popular - yo no me sorprendí más de lo habitual. Estoy más que acostumbrada a las "delicadezas celestiales", y Santiago no iba a ser menos...