Una rebeldía al día contribuye a vivir con alegría.
El grito de guerra de libertad cotidiano.
El pequeño triunfo frente a la rutina.
Cambiar el itinerario al trabajo para despedirse de las últimas hojas otoñales aunque el trayecto sea mucho más laaargo.
Tomarse un "cafelito" a media mañana con tu marido en una terraza en pleno mes de noviembre dejándote acariciar por un sol inesperado
aun cuando las montañas de ropa hayan tomado el salón.
Escribir a ese amigo que se fue aunque no para siempre o llamarle si se tercia para conocer cómo le va.
Leerle un cuento a tu hija con una dramatización digna de un drama shakespiriano
Escuchar un podcast de música a la carta dejándote de sorprender por la belleza
Irse de compras con una glamourosa amiga descubriendo las últimas novedades cosméticas del mercado
Cantar en el ascensor cuando vas sola, incluso dar unos pasitos de baile arriesgandote a que se detenga bruscamente.
Echar al aire un corte de manga, burlarse interiormente de quien te agrede, ignorar a quien pretende herirte.
Escuchar New York New York corriendo por la Candamia en soledad sonora.
Recrearse en los recuerdos para no perderles de vista y esponjar el alma.
Saltarse alguna norma...aunque sea un poquito sin ofender a nadie.
Son aquellas pequeñas "diabluras" que le dan respiro y color a la vida
¡Tan necesarias y humanas!
Una rebeldía al día contribuye a vivir con alegría.
¿La mía de hoy?....escribir esta entrada aunque me arriesgue a que la leas...y me descubras ;-)
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