viernes, 27 de septiembre de 2019

HUMILLADOS

HUMILLADOS.
Por Marta Redondo.
Sección de Opinión de la Nueva Crónica.
Sábado 28 de septiembre de 2019.




Me viene a la memoria la imagen de Pedro Infante, borracho en la cantina, cantando esa célebre ranchera:” Y  tu que te creíste el rey de todo el mundo, Y tu que nunca fuiste capaz de perdonar. Y cruel y despiadado de todo te reías. Hoy imploras cariño aunque  sea por piedad”
El hombre apenas se tiene en pie. Se le ve contrito y humillado. Como que ha perdido el norte y la hegemonía. La escena reproduce un patrón que ya es recurrente. Una estampa definitoria del ser humano que a lo largo de su ya dilatada historia se ha visto destronado, ninguneado y humillado por los cuatro costados: primero Copérnico nos quitó la venda de los ojos enfangándonos en una humillación cosmológica que nos privó de reinar en el centro del universo a lomos de nuestra querida tierra que es tan solo un puntito minúsculo del sistema solar.
 Luego llegó la afrenta biológica que nos reveló Darwin: somos el resultado de un  proceso de selección natural y  hace nada éramos poco más que primates sin pelo. 
El tema se agravó cuando Freud nos echó una palada de bochorno psicológico al desentrañar parte de los secretos que alberga nuestro complejo subconsciente: los seres humanos vivimos en constante represión para no ser secuestrados por nuestras pulsiones básicas: sexualidad y agresividad. A lo mejor por eso recurrimos, siempre que podemos, a la  arena y sus componentes, yendo en busca de retozo y asueto para huir de las heridas que nos deja la conciencia de nuestra humillante pequeñez. La arena del circo, en la que también padecieron aquellos primeros cristianos liderados por Pedro y Pablo. Pedro tenía el poder de las llaves, a Pablo le tocó la labor comercial de salir a extender el reino. El primero castigado con la ignominiosa muerte de cruz, con el agravante de estar boca abajo. Pablo, sin embargo, fue  decapitado, muerte más digna de un genuino ciudadano romano. Cuentan las malas lenguas que ambos guías  tuvieron entre sí sus más y sus menos. Disparidad de visiones y caracteres, aunque al final, en esa muerte que todo lo iguala,  compartieran suerte martirial . Al fin y al cabo ambos perseguían la vida eterna.
 Y mientras esto sucedía,  el resto de cristianos observaba estas cosas  esperando el regreso de un Mesías que les salvara de tanta humillación. Parecía que ninguno de los dirigentes del pueblo de Dios acababa de cuajar. Menos más que el  retorno mesiánico  no dependía de unas urnas.
 Por cierto, faltó el cuarto costado: la humillación electoral. Pero lo mismo ahora no toca…¿o sí?.

VICENTE VENCEDOR


Vicente significa vencedor, victorioso y es el nombre del santo que celebramos hoy por ser un 27 de septiembre de 1660 cuando falleció en Paris. S Vicente de Paul: patrono de todas las asociaciones católicas de Caridad. 




Mejor nombre no pudieron elegir para él ya que repasando los datos más significativos de su biografía observamos que su vida fue lucha constante con resultado victorioso. Una batalla que este sacerdote francés libró especialmente contra  sí mismo. 

Ya desde bien pequeño hubo de  enfrentarse al sentimiento de vergüenza que le inspiraba su propio padre del que decía: “Siendo un muchacho, cuando mi padre me llevaba a la ciudad, me daba vergüenza ir con él y reconocerle como padre, porque iba mal trajeado y era un poco cojo". No obstante su docta inteligencia y el carisma franciscano que supieron transmitirle en el  colegio donde estudiaba, pronto le ayudaron a caer en la cuenta de su error. Eso le permitió  valorar a su humilde padre, que el santo  verá reflejado en todos esos pobres que serán los principales destinatarios de su celo sacerdotal.

Otra victoria lograda por Vicente fue  la de doblegar su temperamento. “Me di cuenta de que yo tenía un temperamento bilioso y amargo y me convencí de que con un modo de ser áspero y duro se hace más mal que bien en el trabajo de las almas. Y entonces me propuse pedir a Dios que me cambiara mi modo agrio de comportarme, en un modo amable y bondadoso y me propuse trabajar día tras día por transformar mi carácter áspero en un modo de ser agradable". No le resultó difícil lograrlo,   ya que poseía la dulzura y ternura necesarias  para detectar y consolar  a los desvalidos. Ambas  le facilitaron la docilidad necesaria para aplacar su fuerte temperamento. 

Pero su gran conquista fue  la celestial. Vicente entró en el cielo de la mano de los más necesitados que seguramente le abrirían las puertas.

Conmover corazones se convirtió en el  sello de identidad de su herencia:  la familia vicenciana, especialmente representada en nuestra provincia en las hijas de la caridad, siempre al servicio de sus amos y señores que no son otros que los pobres. 

Feliz y venturoso día.


viernes, 20 de septiembre de 2019

VEINTE AÑOS NO ES NADA

Veinte años no es nada.

Por Marta Redondo.
La Nueva Crónica.
21 de septiembre de 2019.



Un loco  te robó la vida, Víctor. Un suicida desesperado que corría como alma que lleva el diablo a lomos de su  Golf morado con el afán de llevarse por delante consigo a cualquiera que se cruzara en su camino. Un kamikace desesperado que dejó su casa para recorrer la noche suicida embriagado de alcohol. Ese hombre se llamaba Kevin Cui, triplicaba la tasa de alcoholemia  y salvó su vida pese a su modo temerario de conducir aquel domingo por la noche. Su conducta salvaje sesgó tu vida y milagrosamente preservó la suya. Le encontraron, momentos después del choque frontal, vagando, como alma en pena por el arcén. Me pregunto cómo transcurrirá su vida después de haber acabado con la tuya. Por su inconsciencia. Por esa terca manía que a veces tenemos de cegarnos en nuestra propia miseria, sin abrir los ojos,  para medir los daños colaterales que causamos en ese individualismo atroz que nos atenaza. 
Tenías veinte años Víctor, y como canta Gardel  veinte años no es nada. A esa edad es tiempo de sueños, y el tuyo estaba cerca. Te gustaba estudiar el grado en animación socio deportivo y ahora un golpe de suerte te había permitido encontrar un trabajo como carnicero en el  Carrefour De San Fernando de Henares. El trabajo te ayudaría a costearte la preparación  para  esas oposiciones a policía. Quizá alguna vez te hubiera tocado, una vez conseguida la plaza, perseguir a un tarado cruzando la M50 como un poseído en dirección contraria. Pero no podremos saberlo Víctor. Tampoco  tu madre podrá contemplarte vestido con el uniforme. Estabas contento de poder arrimar el hombro en casa. Necesitaba ánimo tu madre después de lo de Roberto, tu hermano mayor. Hace un año os había dejado, y desde entonces dormías con tu ella. Era tu modo de ayudarle a paliar su tristeza. 
Ahora parece ser que el juez va a imputar a Kevin por homicidio doloso y le van a mandar a prisión sin fianza. Sus  horas en la cárcel. Allí el tiempo transcurre lánguido  y los recuerdos se recrudecen a ritmo de tango triste  “Tengo miedo del encuentro con el pasado que vuelve a enfrentarse con mi vida. Tengo miedo de las noches que pobladas de recuerdos encadenan mi soñar”. Y las noches en prisión son desoladoras  Víctor. Recrearse en la imagen recurrente de aquel amasijo de hierros entre los que te quedaste…
Alguien acudió después como ave carroñera a robarte el reloj y la cartera. No siempre los buitres visten alas y llevan pico. Me pregunto qué corazón de piedra puede hurtarle a un muerto sus pertenencias cuando la sangre del propietario aún permanece caliente. 
Es un soplo la vida,  Víctor por eso a nadie deberían arrebatársela de ese modo. Debieron dejar que tu madre pudiera recibir todas tus cosas.  Haberte dejado presentarte a esas oposiciones. Debieron permitir que terminaras ese ciclo formativo. Que saborearas  y exprimieras tu vida con la intensidad de la juventud pujante. Veinte  años no es nada Víctor, aunque quizá para Kevin ahora mismo signifiquen  eternidad doliente.

LO LOGRAMOS



Durante el café un experimentado profesor de treinta años de experiencia profesional me confesaba que ya nada le sorprendía de los alumnos. Le escuchaba con cierta tristeza pensando que ese mismo síndrome del desaliento me pudiera alcanzar a mi cuando llegue tal día.
Poco después algo me trastocó el día. Un elemento básico para mi organización diaria me desapareció. Todo apuntaba a un hurto. El objeto de la fechoría era de un valor considerable. Y el daño cuantioso. Se perdía el trabajo de años amén de ciertos tesoros literarios que hubiera sido difícil recuperar.
Pero sobre todo se perdía la confianza que durante muchos años he depositado en ellos y que siempre esgrimía con orgullo frente a todos mis colegas.
Todos los alumnos son salvables.
Muchos no se lo creen.
Tras infructuosas búsquedas abandonaba el centro sin mi preciada pertenencia.
Desengáñate todo apunta a que te lo han quitado hermana.
Pero unas abigarradas profesoras me llevaron en volandas a la clase de marras.
Había que agotar todas las posibilidades.
Ven a mi clase, háblales. Me dijo.
No puedes  marcharte de aquí sin lo que te pertenece.
Y entonces apelé a su corazón. Mirándoles a los ojos uno por uno les dije que les quería, al tiempo que se me quebraba la voz. Y que no podían hacerme eso. Que lo de menos era el cachivache desaparecido. Lo demás era la confianza rota. La decepción de una defensa que estaba quebrada. Yo ya no podía seguir diciendo “a mi nunca me ha pasado nada”. Yo ya nunca podía seguir apostando por los descartados, esos desahuciados del sistema educativo que pululan por los pasillos cuajados de heridas cuando apenas se han asomado a la vida.
Ellos sabían que hablaba en serio. Que mi honda pena procedía de un cariño sincero traicionado.
Por eso dos de ellos salieron a buscar mi posesión perdida. Yo quería seguir negando la evidencia de un posible delito.
Y volvieron con ella.
Estaba en la mesa profe. No miraste  bien.
 Había mirado esa mesa al milímetro. Entré por tres veces en aquella clase. Sabía que lo que buscaba no podía estar allí.
Pero la recuperaron. Los que podían  ser  culpables volvieron con ella. 
Y con su vuelta retornó mi asombro y la esperanza.
Pude llegarles al corazón de nuevo.
Con la ayuda de dos excelentes profesoras de las que apuestan por los que se quedan siempre fuera.
Curiosamente ambas son amigas entre sí y de la misma especie. 
De esos docentes que no se rinden y que prohiben a los alumnos decir en clase “Yo no se”
Querido arcano amigo. Abre bien los ojos, aunque lleves treinta años.
Una de las mayores bellezas de la docencia es nuestra capacidad para poder influir en su transformación. Hoy lo logramos. 
 Bendito hurto.

GENTE C

GENTE C



¡Con cuántas expectativas comenzamos nuestra clásica y consolidada semana de pastoral! .  Los  convocados hemos pasado cuatro días creativos y comprometidos concentrados en crear los cometidos correspondientes  para el próximo sínodo que acaecerá en febrero! Contando, cantando  y celebrando juntos. Laborando en la creación de un documento marco fruto de nuestras contribuciones.   
Clamando conversión constante. Confortados y conmovidos en la comunión con los hermanos y hermanas. Creyendo, confiados, en que cambiar es posibles. Considerando las críticas constructivas como convenientes para combatir el conformismo. Confeccionando y trabajando consideraciones, conclusiones, contribuciones que quisieron concitar y convocar a la reflexión. Cortando el recurso  de cobijarse en las calamidades. Contemplando nuestras carencias con el compañero de camino que confía sin censura. Celemines candentes construyendo con Caridad la casa común de los que creemos en Cristo.  Caridad frente al apego a las cosas. Las cosas que nos confunden conminándonos a contemplar falsas quimeras.  Compromiso con el mundo frente a conformismo.  

Contrariando a esas conductas descuidadas que corrompen nuestros colores. Contrastando, componiendo y compilando todas las contribuciones.  Cavilando sobre la manera de no confundirnos en la búsqueda de lo correcto. Cuidando la formación y fomentando una cultura de la vida y la familia. Comunión, comunidad, ir contracorriente, con coraje frente a la cobardía. Combatir la comodidad. Pero en trabajo cooperativo. Caminando codo con codo. Cuidando que los cultivos sean cosechaa.  Compensará cuando sea posible culminar y coronar  cum laude. Compasión como recurso inter religioso. Acoger al otro y curarle las cicatrices. Convidar al convite al que se cayó.  Superar la cultura del descarte. Corregir  al hermano que se cuela cruzando por  una calle cortada. Un cristianismo cambiante en lo constante conscientes de que también hay que custodiar la tradición consolidada. Confiados  en  Cristo.  Cristo que es quien concita conecta y completa. Quien lidera el camino. Copilotando esta barca en circulación continúa.. Curas, consagrados y comunes varios. Y la clausura con la Eucaristía en la Catedral. Hoy tocó C.
 Como esa joven Gente C que la Pastoral vocacional  ha convocado  este sábado al Seminario.Gente a la que hay que cuidar porque son el futuro.
Con Dios. Como siempre. Con la ayuda del Espíritu Santo.

martes, 17 de septiembre de 2019

PARA NADA.



 Ella no valía para nada. Para nada.
Apenas un rebujo de carne al que yo ni siquiera sabía agarrar.
En mitad de la tarde rompía a llorar como si el mundo estuviera a punto de desmoronarse sobre su cabeza lechosa.
Entonces yo la tomaba en brazos y con la manta colgando ,a modo de soga que se balancea, me presentaba en la cocina para entregársela a mi madre. Era responsabilidad suya haberle  traído a destiempo. Así que debía ser mamá la que tendría que ocuparse de ella.
Era un bebé rollizo y peligroso. Acaparaba demasiados efectos. Los mismos que se nos estaban negando a mis hermanos y a mi.
Caía la tarde y programaban nuestra serie favorita. 
Habíamos apresurado los deberes para conseguir realizar todos los ejercicios en tiempo y forma. 
Permanecíamos atentos a las pantallas. En actitud de abducción. 
Pero una vez más mi hermano tuvo que enfadarse.

.- Haced que se calle de a una vez ¡joder!

🐣🐣🐣🐣🐣🐣🐣🐣🐣🐣🐣🐣🐣🐣

Ellos siempre pensaron que yo no valía para nada.
Amasijo de células unidas con el propósito de conformar un ser humano molesto y sobrante.
Pronto comenzaron a odiarme.
Todos menos mis padres claro.
Pero mis hermanos , por mucho que dijeran lo contrario,  me recibieron como a un bicho raro que no hacía  sino privarles de la exclusiva del cariño parental. Desde el principio me demostraron una siniestra hostilidad.
Yo era un bebé hermoso y cuajado de vida. Con unos grandes azules ojos vivarachos que imantaban con solo mirarlos. Parecía uno de esos pequeñines de anuncio que salen en las fotos de Anne Geddes. Disfrazados. Unas veces de margaritas, otras asomando la carita en un amarillo girasol, otras ocultos en lechuguitas. 
Pero aquel día a mi me colocaron en una planta carnívora. Repleta de dientes cortantes y afilados.

.- Haced que se calle de una vez ¡joder! 

Y la planta me engulló.

Y no quedó nada.



sábado, 14 de septiembre de 2019

DE GÁRGOLAS Y QUIMERAS.



Demonio alado. Costado sur. Nave de la catedral. Fotografía del nº 7 de la Revista Catedral del León.
De gárgolas o quimeras.
Por Marta Redondo.
Columna para la Nueva Crónica.
14 de septiembre.


Sobrecoge la mirada pétrea de esas criaturas fantasmagóricas. Parecen custodiar un preciado  tesoro  con desmedido celo.
Míralas. Descubrirás cuadrúpedos alados, seres antropomorfos, leones reales, corderos, demonios, un gato y hasta un magnífico murciélago, que dicen es símbolo de herejes y evoca al mismo Satán,  lástima que la siniestra escultura permanezca   recónditamente oculta  en lugar de acceso imposible.
Están por todas partes. Emergen  por los cuatro costados . Acechan desafiantes en el claustro. Intimidan con esos cuerpos imposibles de alas contenidas y grandes cabezas con ojos sin vida que ansían  tenerla. Previenen al pecador incauto que pretenda  perturbar la paz de sus santos muros.
Algunas, siendo neogóticas, juegan a renacentistas.  Otras se avían  con adornos. Pero todas permanecen expectantes, como  dispuestas a precipitarse sobre el visitante inesperado.
Su presencia inquietante te producirá cierto pavor cuando en las noches invernales de luna débil , esas en que el frío atenaza y la oscuridad acecha, alces  los ojos para encontrártelas colgadas,  como dispuestas a precipitarse sobre el primero que de un paso en falso.
Son las gárgolas protectoras de nuestra catedral cuya funesta apariencia y fama ancestral  de aguafiestas hacen  olvidar sus bondades:  no son sino un sistema para canalizar el agua de lluvia y expulsarla a una distancia necesaria del templo con el fin de preservar la ya de por sí delicada piedra de nuestra Pulchra Leonina. 



Gárgolas o quimeras, que también así se llaman estos fascinantes elementos arquitectónicos. 
Quimera es una palabra polisémica que significa según la RAE “aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo”. Aparentar algo que no existe sino en el ánimo o intelecto del que se lo inventó. Evoca esta moda extendida entre los servidores de la esfera pública de engrosar currículos con másteres y méritos inexistentes.   Me pregunto cuántas biografías quedarían reducidas a la mínima expresión  si un censor documentado depurara datos y contrastara hechos. Es sencillo  con los medios de los que hoy disponemos. Descubriríamos  la verdad que ocultan tantos  rufianes y bribonas que se pavonean impunemente arrogándose títulos que no les corresponden mientras a menudo, los que de verdad saben,  permanecen ocultos o ninguneados detrás de mesas anónimas.
La laboriosidad con que fueron esculpidos cada uno de los detalles de esas gárgolas catedralicias, su primorosa factura, incluso en aquellas que se realizaron para ser colocadas en lugares imposibles a los ojos, nos habla de una cultura del esfuerzo que es necesario recuperar empezando por nuestros gobernantes. Crispa conocer noticias sobre sus plagios y mentiras para aparentar logros que no lo son.
Por cierto. Gárgola es una palabra procedente del latín que a su vez es préstamo de un término griego que significa literalmente “hacer gárgaras” las mismas que deberían irse a hacer aquellos que nos la intentan colar con falsas quimeras.





viernes, 13 de septiembre de 2019

LA FILA DE CORREGIR DEBERES

La fila de corregir deberes.
Dibujo de FANO


Por Marta Redondo. 10 septiembre 2019. Iglesia en León.

Esta es más chula que la fila de corregir deberes. 
Me lo dijo bajito. Tapando la comisura derecha de los labios con la mano extendida. 
En ese momento no supe cómo tomármelo. La deliciosa mente infantil de Carmen, una preciosa motrileña afincada en Valladolid y forofa de León, suele interpretar la realidad con esa de ingenuidad que es impronta solo de  niños.
Estábamos en la fila para recibir la comunión de manos del canónigo D.  Teodomiro. Era un domingo de septiembre. Se celebraba la Natividad de María. En los bancos del templo había varias familias juntas compartiendo la misa dominical. Parejas de diferentes edades, jóvenes y adultos. El sol penetraba por las ventanas filtrando una claridad que vestía de gótico el edificio isidoriano. De fondo se escuchaban los parloteos de unos pequeñuelos que pululaban por una de las naves laterales.
Se respiraba la  paz que siempre albergan esas paredes santas de San Isidoro.
Y Carmen captaba todo eso. Y lo valoraba en su justa medida.
Luego me descifraba el enigma de la fila.
La fila de corregir deberes -contaba- es una cosa muy chula que se ha inventado nuestro “profe de mates”Ángel . Es como un segundo recreo. Nos ponemos en la cola  y revisa nuestro cuaderno. Si los deberes están mal o no los hemos hechos nos dice algo gracioso, como un chiste, pero que tiene como una moraleja. Pero si están bien hechos o al menos ve que nos hemos esforzado nos pone una mesa con chucherías. Y si nos tiene que suspender nos suspende. Pero es bueno y justo. Yo le quiero mucho.
Y entonces volví a repensar la frase y el momento en que la niña la pronunció.
Precisamente  cuando  íbamos a comulgar. En la Eucaristía. El preludio del banquete celestial.
En esa fila mil veces mejor que la de corregir deberes.  

ZONA 0


    El pasado miércoles   se cumplieron los 18 años de aquello. Y aún permanece vívido en nuestra memoria colectiva. 
    Todos recordamos lo que estábamos haciendo entonces, mientras nos impactaban  aquellas imágenes. No podíamos  dar crédito a las feroces  llamaradas de fuego que sobresalían de las torres gemelas del Word Tride Center.


    Yo permanecía sentada en el sofá mientras le daba el biberón a mi hija contemplando el espectáculo con la inconsciencia del que tiene ante sí un espejismo. Pero no. Era tan real como la muerte de las 2992 víctimas que la barbarie integrista se llevó consigo. No pude evitar prologar la  estancia de mi bebé entre mis brazos agarrándole con fuerza como  queriendo protegerla de un mundo hostil que parecía estarse desmoronando. 
Recuerdo que pensé: ¿qué herencia va a quedarte después de todo esto, hija?¿a qué mundo te hemos traído?
    Sobre aquel lugar trágico se ha erigido un monumento al que llaman zona 0 de Nueva York. Zona 0, curiosa expresión acuñada para designar la zona de mayor alcance o máxima devastación en catástrofes de cualquier tipo como podrían ser el epicentro de un terremoto, la zona de impacto de un maremoto en la costa, etc. Un lugar donde antaño se encontraba uno de los pulmones comerciales de la gran manzana y ahora 0. Allí quedaron tantas vidas truncadas con sus proyectos, esperanzas, sueños, quebrados por la barbarie de la guerra en el que un Dios inventado sirve de pretexto para cometer atrocidades. 
   Cuando expliquemos esto a las generaciones venideras hay que hablarles de tolerancia y respeto. De diálogo y concordia. De tender la mano y comenzar de cero. Sin reproches ni sospechas. Tender puentes con el que cree diferente y apartar prejuicios. Buscar la zona donde exista la menor fricción. Esa zona limpia y sin desnivel donde sea fácil poder reconstruir algo nuevo. 
    Un amigo me lo decía recientemente.  El  0 no es nada pero es la referencia de todo.
    La semana que viene comenzamos nuestra Semana de Pastoral.
    Será cuestión de poner también nuestros contadores a 0.

La inquietante cruz que después de la catástrofe se erguía intacta.


viernes, 6 de septiembre de 2019

COMMUNITY MANAGER

                                         COMMUNITY MANAGER.



 Por Marta Redondo.
Publicado en la sección de opinión de la Nueva Crónica
el sábado 7 de septiembre de 2019.

 Siento titular la columna de hoy con uno de esos insoslayables anglicismos que están sitiando a nuestra asediada lengua española. Pero, parafraseando a D. Hilarión en la zarzuela La Verbena de la Paloma “hoy las Ciencias adelantan que son una barbaridad” y más en estos tiempos en que los avances tecnológicos nos lanzan en volandas. 

 Lo insinuaba Fulgencio Fernández el jueves en la mesa redonda sobre periodismo y literatura organizada por la Fundación Monteleón y coordinada por Francisco Martínez Carrión que se celebró en el Palacio Conde Luna. Ahora parece que todo el mundo tiene que tener un Community Manager. En un reciente curso sobre redes sociales para profesores impartido por la Junta de Castilla y León se insistía en que todo centro educativo debe contar con un responsable gestor de la comunidad digital, que no es otra cosa que una persona que vele por las relaciones digitales entre el centro y los clientes, sean alumnos, familias, proveedores y sobre todo futuros alumnos. Esas realidades trasladadas al mundo del periodismo y a la sede de un periódico como este supondría trocar las palabras familias y alumnos por la de mercados y lectores respectivamente. 


 La reputación digital en estos tiempos de fake news y de periodismo declarativo debe ser especialmente preservada para asegurar una transparencia y fidelidad a la verdad. Uno de los dogmas periodísticos. El periodista debe ser maestro en el arte de la verificación. Escrupuloso y meticuloso a la hora de aseverar hechos y más cuando conciernen a la honorabilidad del sujeto aludido en la información. En este sentido otro de los invitados a la mesa, el periodista Eduardo Aguirre aseguraba que cualquier persona que escriba debe hacerlo con ética. Este es un oficio de mucha responsabilidad, aseguraba Ángeles Blanco, la conocida comunicadora de Tele 5, cara de las noticias de fin de semana de la cadena. Una responsabilidad que también pasa por elegir los temas de los que nadie habla como el del hambre en el mundo, apostilló la también periodista ponente Eloísa Otero. 

 En fin, periodistas y escritores disertando sobre temas de interés. Temas que a todos nos interesan y que precisamente por ello pueden ser manipulados y tergiversados por los Managers a los que interesa una Community a veces más entretenida en atender a los corrillos de patio tuiteros, las idílicas postales de instagram o las andanzas verbeneras publicadas en Facebook, que en conocer los entresijos de la verdad.

ECOS DE LA ESTACIÓN


Ahora que resuenan los ecos y viene a mi memoria la imagen del imponente edificio del antiguo Ayuntamiento de Matallana de Torío sede que fue también de las escuelas en las que antaño se formaron arcanas generaciones del Torío.
Cuando aún brillan las luces que se escapaban por las ventanas queriendo emular las que proyectaban las estrellas en aquella mágica noche de verano de agosto.
Queriendo evocar las poesías y recuperar las notas exhaladas por las voces amigas de mis compañeras y compañeros del coro.
Recupero la entrevista que me hicieron los compañeros de la COPE  Maribel Martínez y Rocío Fernández al micro y en el control respectivamente. Su calor y amabilidad consiguieron que me  sintiera como en casa a la par que propiciaron el cómodo fluir de palabras y voces a través de las ondas a los hogares de los leoneses.
¡Qué emocionante escuchar las voces de mi gente con tal contundencia!
Vuelvo a soñar un sueño que se convirtió en realidad gracias al empeño y entrega de mis coralistas y amigos y a una Corporación Municipal sensible y accesible.
Tantas horas de ensayo, piernas cansadas, voces agotadas.
Mereció la pena...
¡¡Gracias!!
El Coro de La Estación. De Matallana de Torío.
Casi nada.

VIENTO FRESCO


Este niño no puede pasar sus vacaciones encerrado entre cuatro paredes por mucho que su madre esté enferma. Tienes que obligarlo a salir.
Así recriminaba el abuelo materno al padre del pequeño Hans-Peter su descuido en la crianza del benjamín de la familia.
Momentos de intimidada madre-hijo

Es uno de los momentos más significativos de la película “Este niño necesita aire fresco”dirigida por la ganadora del Óscar Carolina  Link que estos días se proyecta en un cine de nuestra  capital. La película narra la niñez del popular cómico alemán  Hape Kerlerling como una etapa que el showman vivió marcada por figuras femeninas  familiares: una madre enredada en continuas depresiones agudizadas por problemas de salud, una abuela materna tenaz  que le inculca que luche por lo que sueña y la otra abuela que debe asumir el reto de cuidar de Hans y de su hermano tras varias desafortunadas pérdidas. 

La preciosa sonrisa de una madre que Hans se empeñaba en reconquistar.

La historia, elegantemente narrada, es un alegato a favor del humor como terapia frente a las adversidades. El pequeño se empeña en permanecer al lado de su madre para hacerla reír y agota toda su creatividad y vis cómica con el afán de arrancar del rostro amargo de su madre una sonrisa. Canta, baila, se disfraza. Todo ese bagaje infantil predeterminará  su futuro profesional  que será precisamente el de hacer reír. Un don que le ganará el afecto de toda la familia abriéndole todas las puertas.

Jugando a los indios con la abuela materna
La cinta , que rebosa luz e ingenuidad, es una propuesta distinta donde la figura de los abuelos aparece especialmente encumbrada como referente y anclaje.

La abuela le aconseja: "Sueña todo lo que puedas"

Sonrisa, niñez, viento fresco. Un acertado  cóctel que nos podemos preparar para celebrar este  inicio  curso que arrancamos  esperanzados ante el reto que nos plantea el Congreso de Laicos que se celebrará en Madrid en febrero  con el lema “Pueblo De Dios en salida” y para el que ya han comenzado los preparativos.  Será el tema principal y único en la próxima semana de pastoral. Sonrisa pues,  para predisponernos alegres ante un nuevo curso. Niñez para flexibilizar nuestra mirada y adaptarla a cualquier novedad. Y viento fresco que circule libremente. Será cuestión de abrir  de par en par las ventanas para que en la estancia penetre el aire nuevo y necesario para asegurar un ambiente saludable y regenerador, un viento fresco exento de impurezas y que aporte el oxígeno necesario para seguir respirando el aroma de Cristo, un aire que a la vez sea brisa vivificadora exhalada por el Espíritu Santo.
Feliz inicio de curso.


lunes, 2 de septiembre de 2019

¿ME AYUDAS?



Estimado(a) lector(a):

Recientemente, el pasado 20 de agosto, este rincón digital de letras ha cumplido diez años de andadura.
Por eso quiero celebrar su veteranía haciendo una selección de aquellas entradas que más han gustado  bien por tratar de hechos que te han conmovido o porque recogen historias que han logrado tocarte el corazón.
El objetivo es recogerlas ,quizá ,algún día no muy lejano , en un libro.
Pero para eso te necesito a ti.
Te pido por ello que si tienes un momento me envíes un correo a steinvioleta20@gmail.com indicando qué entrada te ha gustado y si quieres incluir una breve explicación con el motivo por el que te ha gustado estupendo.
Otro modo de hacerlo, si te resulta más cómodo, es dejando un comentario en la entrada o post que elijas.
Muchas gracias por leerme.
Si tú no estuvieras ahí esto no sería lo mismo.
Un abrazo.


LA MELENA AL VIENTO

  Los padres marroquís son muy duros con sus hijas, profe. Bajaba la mirada, avergonzada por no saber que más añadir a su mirada velada. Est...