sábado, 28 de septiembre de 2024

Y ME LLAMAN EXTRANJERO

 



Muchos emigrantes experimentan a Dios como compañero de viaje, guía y ancla de salvación. Se encomiendan a Él antes de partir y a Él acuden en situaciones de necesidad. En Él buscan consuelo en los momentos de desesperación. Gracias a Él, hay buenos samaritanos en el camino. A Él, en la oración, confían sus esperanzas. Imaginemos cuántas biblias, evangelios, libros de oraciones y rosarios acompañan a los emigrantes en sus viajes a través de desiertos, ríos y mares, y de las fronteras de todos los continentes.

Nadie debe ser excluido. Su proyecto es esencialmente inclusivo y sitúa en el centro a los habitantes de las periferias existenciales. Entre ellos hay muchos migrantes y refugiados, desplazados y víctimas de la trata. Es con ellos que Dios quiere edificar su Reino, porque sin ellos no sería el Reino que Dios quiere. 

También se pronunciaba claro nuestro obispo recientemente en una entrevista que José María Martínez le hacía recientemente en esta casa, ningún proyecto político que excluya al migrante camina conforme al evangelio de Jesús. La inclusión de las personas más vulnerables es una condición necesaria para obtener la plena ciudadanía. De hecho, dice el Señor: «Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver, fui extranjero y me acogisteis.» (2023)

Como reza esa canción de Rafael Amor que cantaba Facundo Cabral o Alberto Cortez.

… No me llames extranjero, traemos el mismo grito
El mismo cansancio viejo que viene arrastrando el hombre
Desde el fondo de los tiempos, cuando no existían fronteras
Antes que vinieran ellos, los que dividen y matan
Los que roban, los que mienten, los que venden nuestros sueños
Los que inventaron un día, esta palabra, extranjero

… Y me llamas extranjero porque me trajo un camino
Porque nací en otro pueblo
Porque conozco otros mares y zarpé un día de otro puerto
Si siempre quedan iguales, en el adiós, los pañuelos
Y las pupilas borrosas de los que dejamos lejos
Los amigos que nos nombran y son iguales los rezos
Y el amor de la que sueña con el día del regreso


Minuto 11

https://www.cope.es/emisoras/castilla-y-leon/leon-provincia/leon/audios/espejo-cope-leon-y-villablino-27-sep-2024-13-33h-20240927_3018705.html


domingo, 8 de septiembre de 2024

CAMINO AL INSTITUTO


M


 


 Camino al instituto. 

Por Marta Redondo para DMV Cope 6 de septiembre.

Cada día, de camino al instituto, atravieso un prado inmenso que se abre ante una explanada despejada que deja ver, en lontananza, el edificio a lo lejos. El mío es un centro educativo de secundaria que vive al lado de un colegio de infantil y primaria. Vecinos educativos, profesores de distintos niveles muy próximos. Incluso compartimos algún docente.

Ahora, a principios de curso, han segado el prado, y se ve yermo y uniforme, cuajado de piedras. Están ahora los caminos sin identidad, desnudos, indómitos, como esos alumnos y alumnas que para muchos de nosotros son desconocidos y anónimos. Rostros y corazones  aún por descubrir. Terreno de siembra, sin abono ni riego. Aún plagado de malas hierbas que crecen sin orientación ni alimento. Son desoladores los caminos que me reciben, como esos temores que secuestran a veces el ánimo estrangulando los buenos deseos. 

Pero al pronto recuerdo cómo se ve este prado al retorno de la primavera, pleno de flores y de vida, preñado de una belleza salvaje y multicolor que perfuma cada rincón de sueños adolescentes. Cielos azules que planean sobre el campo y dulces sones de pájaros que rezuman plegarias  de agradecimiento por el fruto de la siembra.

Así que será bueno pensar en este camino como una promesa de siembra esperando el despuntar de las promesas. 

Hermosa tarea la del educador que inspira, cuida, recomponer redime y reedifica. 

Hermosa profesión que se deja tentar por la juventud de unos niños y jóvenes que siempre insuflan vida y renovación. 

Gracias señor por hacernos partícipes de este camino de vida.

¡Buen curso, amigos.!


LA MELENA AL VIENTO

  Los padres marroquís son muy duros con sus hijas, profe. Bajaba la mirada, avergonzada por no saber que más añadir a su mirada velada. Est...