Es muy fácil sacar las uñas y elegir un blanco fácil cuando estamos enfadados. Es muy fácil dejarse llevar por la ira cuando sólo estamos buscando un pretexto para hacerlo. Es sencillo mirar por encima del hombro cuando se habla desde la conciencia de sentirse poseedor de la única verdad que existe. ¡¡Qué inflamable es el odio y cuán fácil se propaga.!!
Entre seres humanos que posemos bombeo sanguíneo y nos propulsionamos muchas veces a golpe de sentimiento la complejidad está servida. Y es que las cosas nunca han sido fáciles entre seres humanos.
Yo tenía un jefe que me decía (perdóname la ordinariez, no es mi estilo, pero prefiero ser literal) "Marta, lo más jodido de esta vida es trabajar con personas". Quizás se le olvidó añadir que también es lo más apasionante. Lo humano es fascinante, quizá porque no deja de ser un reflejo tenue de lo divino.
La historia de hoy estaba en el trastero, latiendo. Pugnaba por ser escrita. Y ahora los acontecimientos de París la han precipitado.
A ver si sale ligera y etérea para no aburrirme escribiéndola y tu leyéndola.
Voile!
Clase de Religión Católica. 2º de ESO. Se les presenta a los chicos la posibilidad de colaborar económicamente con el mantenimiento de una escuela en un país de África. El proyecto lo lleva una Orden Misionera católica. La idea es apostar en una porra futbolera. 20 céntimos apostar un partido, 40 céntimos apostar 2. Quien acierte un resultado endulzará su vida con unos bombones quien adivines los dos se llevará un lote de material escolar. Hay un grupo de alumnos que no van a Religión -muy a mi pesar la mayoría- pero la otra profesora que les imparte la asignatura de la alternativa llamada Medidas de Atención Educativa considera muy provechoso presentarles el proyecto a esos alumnos. ¡Es cuestión de solidaridad más allá de lo meramente religioso! -comenta esta profe desde el más elemental aunque no extendido sentido común -.
Se presenta al alumnado de la alternativa el proyecto con un precioso power point donde se ve el día a día de los niños y niñas guineanos. Los destinatarios de la recaudación futbolera -niños de Malabo -son felices de poder aprender en un entorno donde la cultura es un bien escaso. Mis alumnos de Religión están emocionados con la idea de colaborar y transmiten su entusiasmo a los compañeros mientras les explican los pormenores el proyecto.
Finalizada la presentación algunos realizan sus apuestas y es cuando aparece en escena Midi (no es su verdadero nombre pero preservaremos su identidad porque muchos le conocéis). Midi es musulmán por los cuatro costados. Pertenece a una familia compuesta por dos progenitores y cinco varones. Él es el penúltimo de los vástagos. Todos los días camina un buen rato para llegar al Instituto. Su Religión no le permite apostar. Pero su corazón generoso no le impide donar 70 céntimos al proyecto cuando lo hemos propuesto y sucesivas pequeñas cantidades con posterioridad.
Él es de los que también reciben ayuda, de los que necesitan acogerse al programa Releo (préstamo de libros) para seguir las clases, cumplir los objetivos y realizar las tareas que se le marcan, también era uno de los alumnos a los que el curso pasado se ayudaba a mitigar el hambre matutino con la entrega de un bocata comprado con las donaciones de varios profesores y personal del centro. Seguramente sus padres le han contado lo duras que resultan las cosas en Marruecos, su país natal, y en lo afortunado que es de poder asistir a una escuela gratuita donde pueden enseñarle a defenderse en la vida.
Probablemente nunca haya dado las gracias, o al menos eso piensan muchos cuando comentan en esas tertulias tan apasionantes que pretenden acabar con la crisis económica, lo desagradecidos que son estos emigrantes que ¡vienen a quitarnos el trabajo!. Pero sus compañeros saben que durante varios días Midi ha ido entregando unos cuantos céntimos para esa Escuela católica, regentada por una orden católica presentada por esta profesora de Religión Católica. Al final el lote le tocó a una alumna que acertó los resultados y que impresionada por la generosidad de Midi prometió compartir con él su regalo.
Así que las gracias están más que dadas
¡Que Alá, te bendiga Midi por albergar ese corazón misericordioso!
Al Dios que yo rezo por descontado que debes de caerle muy pero que muy bien. ;-)