Caro nome es quizá una de las Arias más bellas que jamás haya escuchado. María Callas engrandeció a Verdi con su hermosa voz que roza la perfección. Las mañanas de lunes se han hecho más placenteras desde que me he reencontrado con la Sinfonía de la mañana de Radio Clásica.
Hoy es Santa Cecilia. Una fecha de especial significación para mi por muchos motivos. Primero porque tengo una hija que lleva ese nombre, ese "caro nome" que fue bastante consensuado por ambos progenitores desde que surgió la idea. Y después por el poder evocador y redentor que la música tiene en mi vida y en las personas que me rodean.
Nulla vita sine musica reza el aforismo latino. Todo puede olvidarse menos los sentimientos. y si hay algo que tenga la capacidad de rescatarlos y hacerlos bailar es ella. Es el lenguaje universal que nos reanima y reedifica con ese sublime poder evocador que rezuman las notas que desgranan todas las melodías que escuchamos. Cualquier etapa de nuestra vida está unida a un son que nos hizo bailar, fue cómplice cuando nos enamoramos, ayuda a interiorizar nuestras reflexiones cuando rezamos, consigue sobrecogernos, propicia nuestro perdón, nos sirve de refugio, recoge nuestras lágrimas, diviniza nuestra humanidad y por supuesto acaricia nuestra imaginación cuando desea rescatarnos de la realidad envolviendo nuestros sueños en acordes celestiales.
Con razón Andrea Boccelli y Marta Sánchez cantaron a dúo esa hermosa canción que acompañó una parte de nuestra adolescencia de los que hoy andamos por los taitantos...yo, como ellos vivo por ella...cómo duele cuando falta...nulla vita sine musica...como lo es sin amor.
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