Golondrina imposible que anidas en lo inexplorable.
Que sobrevuelas inexplicablemente mares inseguros.
Que execrablemente reduces a la incertidumbre
De sentir el batido de tus alas ocasionales.
Vuela lejos a la tierra austral
Busca parajes verdes donde aniden las violetas
Y regocíjate venturosa sin temer su desdén
porque ellas anhelan la caricia suave de tu presencia
Agita el pañuelo para despedirte la niña que llora,
mirando nostalgias desde la ventana que nunca se cierra
trémula sonrisa que no desea tu adiós viajero
Por eso espera la Primavera que rescate tu regreso.
El pañuelo blanco ondea al viento
y danza sumiso al compás de la corriente caprichosa
mientras pellizca indolente a la brisa
imitando contigo un vuelo de mariposa ausente.
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