Eran tiempos recios en que la Guerra atrofia mentes y provoca dislates. Tiempos en que afloran demonios que dan rienda suelta a la sinrazón de los conflictos armados y a venganzas sin sentido. Y en medio de todo ello se desataba un profundo odio a Cristo y todo lo que a él incumbiera.
Corría el mes de mayo de 1936.
En el cerro de los Ángeles, inaugurado en 1919 por el rey Alfonso XIII, tras consagrar solemnemente España al Sagrado Corazón de Jesús, las hermanas organizaban turnos de vela para proteger el monumento. 10 años antes, El 31 de octubre fiesta de Cristo Rey, se habían instalado en ese Convento del Sagrado Corazón de Jesús y Nuestra Señora de los Ángeles, la madre carmelita María Maravillas y otras diez de religiosas que la acompañaron en la fundación. Durante esos años su presencia discreta pero cercana les hizo ganarse el aprecio de las gentes del lugar incluido el alcalde de Getafe, un anarquista al que llamaban El Ruso que había estado varios años exiliado en Francia y al le gustaba acudir al Cerro para hablar en francés con la Madre Maravillas, a quien respetaba. Tal simpatía propició que el edil protegiera a las hermanas al estallar la guerra. Ese momento llegó el 22 de julio de 1936, cuatro días después de iniciarse la Guerra Civil, cuando varios camiones de guardias de asalto subieron desde Getafe enviados por El Ruso y se llevaron a las monjas.
Antes fueron a postrarse a los pies del monumento al Sagrado Corazón de Jesús y a ofrecerse como víctimas.
En Getafe estuvieron en calidad de detenidas en el Convento de las Religiosas Ursulinas, y desde este lugar pudieron escuchar las explosiones que derribaron la imagen del monumento del Corazón de Jesús.
La madre Maravillas pidió a sus monjas que subieran todas al desván para acompañar al Sagrado Corazón caído y perdonaran a “aquellos infelices”.
Luego las llevaron a Madrid. La madre Maravillas no volvería al Cerro hasta tres años después. Entretanto su labor humana y social fue inmensa. Desde fundaciones de colegios para niños pobres hasta construcciones de barriadas con numerosas casas e iglesias. Fue canonizada en 2003.
El Cerro de los Ángeles, cuyo monumento al Sgado Corazón fue reconstruido, es considerado el centro geográfico de la Península Ibérica(desde el tiempo de la dominación musulmana). Pues bien, se convertirá en el centro neurálgico de los católicos españoles este próximo domingo 30 ya que se realizará la renovación de la Consagración de España al Corazón , dentro del Año Jubilar que celebra la diócesis de Getafe con motivo del centenario de la Consagración realizada por Alfonso XIII.
Me imagino a la Madre carmelita en el cielo frotándose las manos con regocijo mientras exclama alegre comentando a las hermanas que tiene a su lado. ¡Loado sea el Sagrado Corazón! ¡Qué maravilla!
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