Pues si que nos proporcionaste una merienda deliciosa
Intrigados andábamos con eso de celebrar nuestro anual encuentro de profesores de Religión degustando una merienda a lo CH. Antonio, al que familiarmente llamamos Toñín, nos hacía llegar una invitación con el siguiente sugerente mensaje: Los afortunados que tenéis previsto asistir, disfrutaréis del entorno, la visión panorámica, el silencio y la paz “al natural”, la celebración dentro de la Ermita que es “casa madre” de los ribereños del Torío... y para rematar la faena, merendaremos un combinado típico de este pueblo que se hace llamar MERIENDAS CH
Algunos pensareis que se refiere a Carolina Herrera, y algo de razón tenéis... ES UN LUJO PODER HACER UN ENCUENTRO CON OTROS, SI ADEMÁS ES EN ESTE ENTORNO, EL LUJO ES DOBLE.
Y el lujo fue escucharle a él en ese pueblo cuna de intelectuales , con olor a manzanas y apellido de río mitológico. Y un privilegio también disfrutar de las lecciones de Jorge, joven sacerdote oriundo de Villabante, en cuya escuela de campaneros se formó en el ancestral oficio de pregonero campanil. Jorge nos ilustró en lo alto de ese santuario dedicado a la Virgen de las Manzanedas con demostraciones prácticas de distintos toques de campana. Impresionante escuchar el tente nube:
“Tente nube, tente tu
que Dios puede más que tu;
tente nube, tente palo
que más puede Dios que el diablo”
A ver si alejamos esos nubarrones que nos ha tocado vivir a los que impartimos la asignatura de Religión Católica, tan atenazada por los vaivenes electorales y los devenires ideológicos. Dura profesión y misión ésta siempre en boca de todos.
La nuestra es materia que versa y conversa sobre el lado más espiritual del ser humano al invitarle al alumno a interrogarse sobre el sentido de su propia existencia a La Luz divina. Una asignatura que descubre e interpela, que remueve y celebra la vida.
Nubes espesas y negras se ciernen sobre ella, no cabe duda. Así que es bueno aprender a tocar campanas que alejen rumores y que nos devuelvan la confianza en que la Religión merece el mismo decoro y respeto que se le dispensa en nuestro entorno educativo europeo.
Estuvo bien compartir y departir con los compañeros profesores, así como con miembros de la Delegación de Enseñanza y de la Vicaría de Pastoral.
Y al final supimos el significado de tan intrigante merienda CH compuesta de Chicharro, chorizo, chocolate , churros y algún apaño más que ahora no recuerdo. Ciertamente Toñin, lo fue. Todo un lujo.
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