El único legado que me ha dejado este infame bicho coronado es haber conseguido que baile cada tarde a ritmo de perreo y reguetón para asegurarme de mantener la moral alta de esta pequeñaja.
Y la sonrisa de ver en la calle más perros juntos que en toda mi vida.O la picardía de ver todos los días y a la misma hora al mismo vecino bajando las escaleras a hacer la compra semanal sin carro ni bolsa.
O que aplauda con entusiasmo solo por ver la alegría de los niños que se asoman en la ventana reclamando un poco de humanidad distinta a la que perennmente pulula por los pasillos de su interminable casa.
Ah...y nunca los cristales de la terraza estuvieron más nítidos al trasluz.😱Este virus nos coronará...sobre todo de paciencia.
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