jueves, 9 de abril de 2020

COBI


Enfrente vive una familia con dos niños pequeñitos.
La niña tendrá unos 2 años, el niño sobre 5.
La mamá está embarazada.
Al principio no salían a aplaudir.
Ahora los niños salen siempre...y los padres detrás arrastrados por las ilusiones de los retoños.
Yo comencé a sacar al balcón un enorme perro que mis suegros trajeron de Benidorm para las niñas,
Lolo y Mariluz vinieron cargados desde allá con 2 ejemplares gigantescos de peluches cánidos. Son de esos abuelos fantásticos a los que el amor por sus nietas no les para. Bueno, Lolo ya no está en este mundo. Pero sigue cuidándolas desde el cielo.
Contorneaba el perro para darle a las salida un toque guiñolesco  pero ayer decidí no sacarlo pensando que quizá ya estaría cansando al personal con la tontería.
Hoy no tenia muchas ganas de salir.
Pero lo hice por los niños.
Pienso que de alguna manera necesitan ver que no hemos perdido las ganas.
Mi sorpresa fue que hoy ellos sacaron un oso enorme. Por lo visto la tontería no lo era tanto.
Y yo volví a sacar al perrazo lacio.
Voy a llamarle Cobi,  pero no por el de La Corona, sino por el de las olimpiadas de Barcelona.
Mis pequeños amigos me han prometido que van a bautizar al suyo.

2 comentarios:

  1. Qué bonito. Estas historias conmueven, ponen una sonrisa en la cara, y es tan importante sonreír,...

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  2. Muchas gracias Manuela, encantada de haber pintado una sonrisa en tu cara. Un abrazo.

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