viernes, 10 de abril de 2020

VIERNES SANTO

Viernes Santo.
La Corona de espinas 
viene de la mano de
de una pandemia
que asola el mundo
y lo llena de seres anónimos 
que mueren sin los suyos.
Los clavos de la indolencia,
las bofetadas de la indiferencia,
los azotes de la inconsciencia,
el grito callado de la nada
que permanece oculta entre las ventanas.
Señor, apiádate de mí 
que soy una pecadora.
Pueblo mío 
¿Qué te he hecho?
¿En qué te he ofendido?
Respóndeme.
Hiciste una cruz.
Ahora la padecerás.
Clavados contigo
estamos todos.
Enséñanos a aceptar 
tu voluntad 
detrás de las lágrimas de impotencia.
Pedro, Juan, Tomás.
Mateo, Andrés y Felipe
Los Judas y San Bartolomé,
los dos Santiagos, Simón.
Aciago este día de luto en la tierra.
Nos unimos, forzados,  a tu dolor.
Comprenderemos que es la escuela del amor.
Hoy es un triste día.
Dame la mano, María.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

PRIMER AMOR

  Es una ternura verles escribirse versos de amor. Amor de niños que despiertan a la primavera. El niño  que juega a hombre calándose una vi...