domingo, 21 de octubre de 2018

TE SENTISTE SOLA



Grandes y hermosos eran tus ojos negros. Llenos de una hondura y profundidad que fascinaba. Llenabas la sala de profesores con una presencia que desbordaba. Bata blanca de profesora de antaño. Trabajabas con ahínco para dar lo mejor de ti a los alumnos. Ellos te querían.  Nos reconocimos. Ambas amábamos esta profesión. Aunque nunca hablamos demasiado de Dios no lo creí necesario porque cada vez que charlábamos lo veía reflejado en tus ojos  pese a que tu confesarás no saber mucho de ese tema. Y en esos ojos infinitos  descubrí una mañana una profunda tristeza que siempre quiso asomarse  como queriendo pedir paso. El fantasma de la enfermedad revoloteaba sobre tus negros cabellos como buitre esperando devorar tu vida. No te lo encontraron en la revisión rutinaria. Pero allí estaba el cáncer devorando tu femineidad. Al final decidiste irte antes de tiempo. No fue posible esperar al término natural. La desesperación te ganó la partida. Y aun hoy me lamento preguntándome si pude hacer algo para devolverte la esperanza mi querida amiga. Pero creo firmemente que la historia ha tenido un final feliz...es justo y necesario pensar que asi sea...gracias por todo. 

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NARANJAS DE ESPERANZA