Como dice una buena amiga me resuena en la cabeza este mandato desde que lo descubrí en una modesta hojita del taco calendario del Sagrado Corazón de Jesús. ¡Qué gran sabiduría atesoran esas humildes hojitas!. Todo lo pequeño encierra gran sabiduría.
Ciertamente uno nunca debe pararse más que lo suficiente para tomar un respiro y en tiempos de desolación aunque no sea menester hacer mudanza - siguiendo los sabios consejos de la santa andariega - tampoco es bueno quedarse bloqueado.
Reconozco que cuando vi la película de Forest Gump me pareció una solemne tontería. Un pobre idiota que corre sin más, sin un propósito definido aparentemente pero que al final resulta ser bastante más listo que el resto de la humanidad que no hace sino hacer cábalas sobre el propósito de su aparente despropósito.Ahora entiendo a ese pobre loco. Correr es un reducto de libertad. Uno de los ejercicios de liberación más efectivos que conozco. Al menos para mi. Cuando practico este deporte tan aparentemente primario me siento como si fuera capaz de controlarlo todo. Sin aditivos ni accesorios, sin aditamentos ni avalorios. Un duelo cuerpo a cuerpo sin más armas que uno mismo y el espacio inspirador transitado y aspirado.
Reconozco que cuando vi la película de Forest Gump me pareció una solemne tontería. Un pobre idiota que corre sin más, sin un propósito definido aparentemente pero que al final resulta ser bastante más listo que el resto de la humanidad que no hace sino hacer cábalas sobre el propósito de su aparente despropósito.Ahora entiendo a ese pobre loco. Correr es un reducto de libertad. Uno de los ejercicios de liberación más efectivos que conozco. Al menos para mi. Cuando practico este deporte tan aparentemente primario me siento como si fuera capaz de controlarlo todo. Sin aditivos ni accesorios, sin aditamentos ni avalorios. Un duelo cuerpo a cuerpo sin más armas que uno mismo y el espacio inspirador transitado y aspirado.
No es la primera vez que resuelvo grandes dilemas, planteo y resuelvo hipótesis, repaso y analizo sucesos pasados, hallo soluciones a entuertos y hasta esbozo escritos que luego llegan a buen término. Una buena carrera bajo el sol es uno de los ejercicios más placenteros y liberadores que conozco. Y es posible hasta leer y escribir cuando uno trota contemplando la inmensidad de una montaña que se yergue frente al corredor desafiante o la belleza de los trigales que parecen hacer reverencias seducidos por la brisa de un atardecer. La soledad corriendo siempre es sonora porque está repleta de los sonidos que expide el alma por eso - sin desmerecer a un buen compañero de carrera - la mayoría de las veces prefiero correr sola.
La naturaleza es un hermoso libro abierto que escribe nuevas páginas cada día y nada mejor que recorrerla al ritmo acompasado que el corredor se marca en un ejercicio de concentración y superación personal.
La prudencia aconseja mesura y el orgullo osadía, ambos caballos de batalla moldean cada salida y la convierten en una hermosa aventura deportiva. Detesto correr en la cinta de un gimnasio, cuando lo hago porque no me queda otra me siento como uno de esos hamster que da vueltas a una noria en una jaula. No me gusta mucho el ejercicio en espacios cerrados.
Hoy no he podido salir a gozar del deporte por imperativos laborales pero escribir sobre ello permitió escapar soñando que corría mientras mi imaginación - campando a su antojo - tejía historias allá por los márgenes del Bernesga. Mientras, al tiempo que trotaba, los caminos me devolvían hermosos recuerdos.
Un deseo - desafío: No dejaré de correr, leer ni de escribir. Nunca le pidas a alguien que deserte de sus oasis de libertad
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