domingo, 9 de octubre de 2016

IRMA LA DULCE




   Me encantan los finales felices, las historias de redención y los cuentos de hadas. Quizás por eso me gusta tanto el cine clásico.
   Abundan en él  historias de mujeres que se redimen por la candidez desinteresada del hombre que sabe quererlas. Agradezco esa candidez puritana que pueden destilar personajes condenados a permanecer en el fango pero que sin embargo son rescatados.
  Por eso las películas de Billy Wilder me gustan especialmente. Como el personaje de Irma la dulce protagonizado por una preciosa y laureada Shirley Maclaine: una deliciosa prostituta, muy popular y solicitada entre sus clientes. A la muchacha le entusiasma el verde y por eso es color obligado en su vestuario. Irma ejerce su oficio en un popular barrio de Londres donde la policía hace la vista gorda previo soborno por parte de los proxenetas de turno. Tiene una perrita caniche gruñona que tiene una debilidad por el alcohol. Un día aparece un policía honrado encarnado por Jack Lemmon que venía destinado a este distrito de la ciudad después de haber trabajado en un parque de niños. Dato interesante ya que es precisamente la candidez de este policía un tanto niño y en momentos ñoño la que le mete en problemas cuando conoce  a Irma a la que pretende rescatar del oficio más antiguo del mundo haciéndose pasar por un lord inglés. Se suceden los enredos y escenas hilarantes. 
   La película tiene un final de los de las películas de siempre, muy al estilo de Billy Wilder. Irma es rescatada por esa deliciosa ingenuidad de su novio que le lleva a hacer cosas increíbles por amor.
   Por cierto, leyendo la biografía de este director y guionista de origen austriaco que se crió en Cracovia y Viena descubro que su madre murió en Auschtwitz. Quizá por eso le gustaran tanto los finales felices. 
  Os dejo esta escena en que un Néstor pudorosamente delicioso conoce la casa de Irma, un lugar inaccesible para todos sus clientes...menos para él.
    Por cierto, la banda sonora, de André Previn mereció un oscar en 1963. 

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