Alumnos de 1º de ESO del García Bellido. Año 2014 |
Acababa una de esas clases desastrosas en que todo es susceptible de empeorar y empeora.
Jornada escolar finalizando, grupo de riesgo cardiovascular para el que lo padezca a última hora por el alto índice de concentración de revoltosos y revoltosas por metro cuadrado. Las circunstancias no ayudaron: fallo pleno de medios audiovisuales, ausencia breve de la profe durante la clase por causa de fuerza mayor, profesor extenuado...tragedia asegurada.
La profecía cumplida...se sabía que la cosa iría mal...y lo fue.
Al final de la clase no obstante y contra todo pronóstico la profesora decide hacer caricias...la desesperación es lo que tiene...nubla el entendimiento y altera la percepción de la realidad. Donde procedía parte colectivo se optó por paciencia infinita. Tocaba bronca y se repartieron gominolas para el dolor de cabeza.Quizá la maestra fuera consciente de que parte de la debacle se debió a su poco celo en el arte de ir soltando el hilo de la cometa. Durante el reparto de viandas a la profesora se le ocurrió decir algo: "Nunca pierdo la fe".
Entonces una alumna se acerca y comienza a relatar sus desdichas en el anterior centro educativo donde sufrió acoso escolar a manos de unos compañeros desaprensivos. Por eso le cuesta creer en la gente. Pero ahora tiene una amiga que la quiere y la comprende. Lo pasó realmente mal. Sin embargo eso no ha impedido convertirla en una adolescente jovial y sensata acrisolada por el sufrimiento. Le hicieron pasar un mal trago que sin duda debieron haber evitado los que estaban a su lado.
La joven morena abandona la clase regalándole a su profesora de Religión una amplia sonrisa. El resto de alumnos se va despidiendo como pidiendo perdón. Son conscientes de que no han estado a la altura de las circunstancias...pero les puede la vida y las ganas de vivirla. La profesora les despide seria...pero piensa que después de todo a lo mejor la clase no ha sido tan terroríficamente mala...han pasado muchas cosas aunque no todas eran demasiado evidentes...
Por cierto, esta entrada hace la número cien del blog de este año. La cifra más alta de publicaciones durante un año desde que esta ventana curiosa vió la luz allá por el 2009, ese fue el año en que comencé mi periplo como profesora. Nunca pensé que seguiría vivo a estas alturas este pequeño rincón de desahogos y reflexiones literarias. Pero aquí está vibrante y con ganas de seguir gestando historias...seguiré ahí...creo... mientras vosotros, mis queridos alumnos sigáis siendo una parte vital de mi existencia. Porque sois vosotros, sin duda alguna mi verdadera fuente de inspiración, por eso SI, CREO. EN VOSOTROS...especialmente...
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