No esperéis que Dios irrumpa en vuestras vidas a la manera hollywodiense.
El estilo de Dios es la sencillez cotidiana, el susurro.
A menudo se nos muestra a través del otro.
Por eso me ha parecido muy acertado el titulo del mensaje para la Cuaresma de este año del Papa Francisco:"La palabra es un don: el otro es un don". Tomando como hilo conductor al humilde Lázaro - cuyo nombre significa literalmente "Dios ayuda" - reflexiona sobre la grandeza de la pobreza haciéndonos caer en la necesidad de reconocer con gratitud el valor intrínseco de los otros con independencia de su condición social, rasgos biológicos o posición ideológica.
Es uno de los grandes pilares de nuestra fe: la dignidad de todo ser humano como hijo de Dios creado a su imagen y semejanza.
Toca pues empeñarse en promover - como dice el Papa- una cultura del encuentro. Bien cercano tenemos el testimonio de la leonesa experta en cercania y humanidad recientemente fallecida Madre Irene García de Prado fundadora de la Congregación del Buen Samaritano cuya opción por los más pobres la llevó a fundar en Chile dispensarios y hospitales sin recurso ninguno más que los que la Divina Providencia fuera proporcionándole sobre la marcha. Pero siempre aparecía porque para Dios no hay imposibles.
Puede ser un buen punto para esta cuaresma que ya está en marcha. Una oportunidad más para reencontrarnos con el otro, enmendar nuestros errores y reanudar esperanzas.
Puede ser un buen punto para esta cuaresma que ya está en marcha. Una oportunidad más para reencontrarnos con el otro, enmendar nuestros errores y reanudar esperanzas.
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