domingo, 21 de julio de 2019

LA TATARABUELA DE FRANCO MIENTRAS VIVÍA EN LAS CUEVAS






A Cecilia, mi hija, en su cumpleaños número 18




Así dices que escribo yo. Como la tatarabuela de Franco mientras vivía en las cuevas. Como de otra época. Dices no entiender el vocabulario que uso. Y mientras me tomas el pelo observo tu  dentadura blanca desplegando una de esas sonrisas que tanto me gustan.
Hoy haces 18 años así que tendré que esmerarme para que me entiendas.
Hacerte llegar todos esos recuerdos que se pasean por mi cabeza produciéndome una infinita ternura y gratitud. 
Recuerdo a aquella pelonchina de ojos vivarachos que ya desde el principio quería saberlo todo hilvanando una pregunta tras otra.
¿Y luego? ¿Y por qué?¿y después?
Mala comedora que obligabas a complicadas puestas en escena. ¿Recuerdas a la bisa colocándose las bolas de navidad en las orejas para hacer que probaras bocado?
Te encantaba ver a Ita pelando patatas viendo cómo se balanceaba la mondas desafiando a las leyes de gravedad.
Los primeros balbuceos rogando que te tomaran en brazos.
A coco Ita.
Aquellas altas fiebres que nos ponían a todos en el disparador presentándose siempre en medio de las vacaciones.
Y las noches de insomnio acunándote hasta el infinito.
Niña de amigas a montones y de fidelidad silenciosa. De escuchas y secretos con las personas que más quieres.
Fiestera a la par que discreta.
De un gran corazón delicado que siempre sabe conmoverse ante las desgracias ajenas.
Curiosa y un poco refunfuñona cuando el sueño no te ha acompañado como es debido.
Aún anda lejos la madurez. Este es sólo un primer paso hacia un camino de ascenso en una sola dirección. A partir de ahora sólo queda cumplir sueños y subir peldaños.
Y cuando los bajes que solo sea para tomar impulso.
Y cuando resbales y caigas que solo sea para tomar aliento y fortalecerte en la lucha por la vida.
Una vida que va a ser apasionante.
No lo dudes.
Tu familia te acompaña a cierta distancia.
La suficiente para que puedas volar largas distancias y regresar al nido cuando lo necesites.
Felices 18 Cecilia.
Te quiere.
Mamá.
PD. Dice la tatarabuela de Franco, la que vive en las mismas cuevas que yo, que le guardes un trozo de tarta.



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