viernes, 3 de marzo de 2017

COOPERANDO HACIA LA PASCUA



  Andamos a vueltas en las aulas con la renovación metodológica conocedores de la necesidad de cambiar los métodos de enseñanza.

  El niño y adolescente de hoy no es el mismo de ayer. Su manera de aprender ha variado del mismo modo que lo han hecho las circunstancias que le rodean y la sociedad que lo envuelve. La vertiginosa  irrupción de las nuevas tecnologías tiñe todo de inmediatez y liquidez.  

   Y en esa búsqueda del sistema educativo idóneo que amenaza con remover currÍculos, espacios, métodos, áreas de conocimiento y herramientas de enseñanza parece haber consenso en una cuestión: los alumnos deben llevar a cabo proyectos conjuntos para enriquecerse. El aprendizaje integrando individuos en agrupamientos meditados hace furor hoy en todos los sistemas educativos.

  Sabemos que no hay mejor manera de aprender que enseñando a otros y esa es una de las premisas de este tipo de innovación educativa llamado precisamente aprendizaje cooperativo. Y que consiste en que los alumnos deben  luchar juntos por alcanzar objetivos comunes: será alcanzando los logros individuales como se llegará a obtener el éxito grupal cuando el equipo actúe unido. Por fin nos hemos dado cuenta los educadores de que el otro nos enriquece y regala más de lo que podemos imaginar. Es curioso que este tipo de aprendizaje haya sido diseñado justamente por los hermanos David y Roger Jonhson,  provenientes de una familia numerosa, y también lo es que una de las referentes a nivel no sólo nacional sino mundial sea una misionera religiosa de la Sagrada Familia de Nazaret llamada  Montserrat del Pozo que dirige un colegio en Cataluña que recibe visitas de todo el mundo para conocer de primera mano sus revolucionarios métodos.

   Parece que la apertura al otro es la clave para el avance no sólo en el terreno espiritual sino también intelectual. Por eso nuestro pontífice una vez más ha dado en el clavo recordándonos en su mensaje de cuaresma para este año que es regalándonos al otro como encontraremos la plenitud pascual.

   De momento comenzamos este periplo cuaresmal con el gozo de no encontrarnos nunca solos. 

  Basta con levantar un poco la mirada para encontrarnos con el rostro del hermano que nos espera para caminar a nuestro lado.

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NARANJAS DE ESPERANZA