viernes, 9 de diciembre de 2016

PROFESORES CHIFLADOS





Hoy entré en las aulas repleta de energía.

No se si mi euforia era debida a las buenas noticias del último informe Pisa que  nos ha llenado  de cierto orgullo patrio.
Si. Hoy atravesé la puerta del Instituto especialmente contenta.
Quizá el que esta semana haya sido tan cortita puede haber influído en ese optimismo que hoy desbordaba a borbotones. Pero repensándolo descartaré  esa posibilidad.Soy de las que voy a trabajar exultante de gozo.
Y son estas fechas complicadas de acumulación de tareas,  trabajo de  final de trimestre que se multiplica exponencialmente entre exámenes, proyectos voluntarios, elaboración de tarjetas navideñas para colaborar con proyectos solidarios, recogida de documentación para el voluntariado de Cáritas, múltiples salidas para celebraciones navideñas con los alumnos. Pero la Navidad es un tiempo gozoso para disfrutar de la docencia, al menos en mi caso.
 Creo que mis compañeros de profesión me miran perplejos cuando camino por los pasillos haciendo malabares con huchas, carpetas, maletines, ordenador y demás recursos de lo más variopinto. Me gusta hacer cosas distintas en el Aula, sorprenderles para que la clase de "Reli" sea un momento gozoso en el que los alumnos disfruten aprendiendo y yo enseñando. Pienso que esa es la simbiosis necesaria para que el aprendizaje sea un logro: que disfruten adquiriendo nuevos conocimientos que además puedan conectar con acontecimientos y vivencias.
Por eso procuro innovar y reinventar mis métodos, bucear en la red con el fin de adentrarme en su mundo y hallar lenguajes que me permitan establecer una comunicación más cercana. Anotar sus sugerencias e intentar integrarlas dentro de los contenidos de la asignatura. Respetar el currículo si, pero enriquecerlo con sus apetencias y preferencias. Cada persona es distinta y es necesario realizar labores artesanas  con el fin de poder llegar a todos y cada uno de los alumnos y alumnas que nos son confiados. A veces es difícil lograr todo eso. Exige esfuerzo y una gran capacidad de adaptación mezclada con muchísima paciencia. Todo ello además debe ser aderezado con una gran dosis de fe y esperanza en que la siembra dará buen fruto.

Esta mañana una encantadora colega me ayudó a llevar parte de todo el atrezzo que uso para enseñar. Me reí pensando en lo que en ese momento pasaría por su cabeza. Quizás le  recordara a aquel personaje que encarnaba el célebre Jerry Lewis en el filme "El  profesor chiflado"
.
Aunque pensándolo bien la comparación puede no ser tan desafortunada. Para este oficio es necesaria una cierta dosis de locura.
Chifladura por lo que haces, y por los que lo haces.

Trabajo con adolescentes así que de otro modo creo que no sería lo mismo.

Por cierto profe, ese momento canto tribal en la sala de profesores que nos marcamos esta mañana para desestresar fue épico. No encontré la versión de martes y trece así que te dejo la de Camilo que tiene el atractivo de las versiones originales :-)
¿Te imaginas que nos hubieran visto los alumnos? 
¡¡Vaya par de chifladas!!


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NARANJAS DE ESPERANZA