Cuando mi querida Laura, alumna de Bachillerato se
acercó con el taco de Lotería para venderme una participación
para el viaje de estudios del Instituto supe
que sería imposible zafarse del compromiso. Al mirar la
papeleta una imagen me llamó poderosamente la atención:
el precioso motivo navideño que resaltaba a todo
color. Me sonó a algo muy conocido, como de casa.
Era un hermoso nacimiento policromado compuesto
por la Sagrada Familia: José, María y un pequeño y proporcionado
niño Jesús de una factura muy primorosa.
Detrás de ellos vigilantes la mula y el buey: la escena
transmitía serenidad y armonía. Y me resultó realmente
familiar. ¡Como para no serlo! Es la hermosa imagen de
madera que reside en el retablo de nuestra hermosa
Pulchra Leonina. Y podrá ser admirado por cada uno
de los más de 100 millones de personas que se hagan
con un décimo o participación que lo mismo se animan
a venir a León para admirarlo “in situ”. Una magnífica
noticia que contribuirá sin duda a reflexionar sobre el
verdadero sentido de la Navidad: celebrar de manera
gozosa y sincera el nacimiento de Jesús de Nazaret: el
Hijo de Dios.
Marta Redondo Álvarez
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