Y si lo intentas?
Estos días me estoy acordando de mi amiga Sor Berta, Agustina Contemplativa, baturra y quinta mía. Pienso en su confinamiento voluntario, y en la felicidad que irradian todas las hermanas cada vez que voy a visitarlas.
Y mira tú por dónde que entre tanto carnaval wasapero que estos días nos atiza por el móvil he recibido los consejos que una carmelita descalza gaditana ha subido a su blog.
Les dejo algunas perlas. Espero que les sirvan a modo de rayos del sol de esa Primavera que tenemos recién estrenada.
Primero actitud. La Libertad interior reside en ti. Cumplamos las indicaciones en pro de un bien superior. Nos quedamos en casa porque sabemos que es lo mejor para nosotros mismos y para los demás.
En segundo lugar conservar La Paz preservando tu interior de sentimientos negativos. Disciplina tu corazón. Si algún sentimiento no te hace bien deséchalo. Procura inclinarte hacia todo lo que te hace bien. La armonía – dice esta sor tan dicharachera- hay que currársela.
En el número 3 está la convivencia . Punto complejo y siempre candente. No controles al resto. Contrólate tu. Respeta, acoge la fragilidad, desdramatiza. Vive y deja vivir.
Luego viene el tema del tiempo. No le mates. Contrólale tú a él. Planifica tu horario diario y cúmplelo con disciplina. Ensancha también tus fronteras y aprovecha a leer ese libro que dejaste pendiente en las navidades pasadas. Llama a ese amigo que tienes descuidado.
Para los más sensibles recomienda: se selectivo en lo que lees, y en lo que recibes¿sabes que en lo que llevamos de crisis se han detectado casi doscientos bulos sobre nuestro enemigo silencioso? Evita en lo posible conversaciones pesimistas, discusiones, malas caras, exceso de información, películas de terror, desorden.
Nuestra contemplativa amiga deja para el final la Oración, que como diría Sta. Teresa, “aunque la digo a la postre, es la principal”. Ora, habla con Dios, se pasaran las horas sin que te des cuenta: háblale de todo, no se cansa de escucharte, desahógate con Él cuando lo necesites. Ejercita tu fe y tu confianza.
Tal vez no crees porque no has probado ¿Y si lo intentas?…
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