sábado, 17 de febrero de 2018

YO GALLINA



Bastante duro es ser considerada la más rocambolesca y friki de las bípedas plumadas.
Bastante duro es llamar la atención cacareando de manera tan poco glamourosa.
Es humillante ser considerada símbolo de la cobardía.
Paradigma de la ridiculez.
Aparecer en los refraneros como sinónimo de fríos impenitentes.
Y no haber aparecido nunca en los ranking de criaturas bien dotadas más que para que me despachen a mandíbula batiente en pepitoria.
Todo lo contrario, ser objeto de ridiculez, escarnio y contubernios cómicos.
Para que ahora una cronista de pacotilla me convierta en protagonista de su entrada bloguera todo por culpa de un trágico suceso.
Reconozco haber muerto de un paro cardíaco. El que me provocó mi dueño cuando tuvo la brillante idea de acudir a darnos el habituallamiento diario enfundado en semejantes cachivaches. Cuando vimos entrar aquellas criaturas de madera cundió la alarma en el gallinero. Bichos de nueva especie habían venido a por nosotras. Con aquellas patonas imposibles y cara en forma de pico tenía que ser  seres diabólicos  prestos para eliminarnos. Madreñas dicen que se llaman los inventos. Jamás vieronsé antes por el corral. Temibles, inauditas, sobrecogedoras... Así que optamos por morirnos sin más añadiendo a la nómina de nuestras habilidades y padecimientos la capacidad de autosuicidio. No pudimos sobreponernos.
Cuando lo recuerdo se me pone la carne de gallina...ah no que soy un fiambre.

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