Aconteceres que desasosiegan.
Eventos que aguijonean el alma.
Retazos que dejan a su paso
sueños rotos o hibernados .
Resúmenes mal escritos por los minutos
que desfilaron en tropel.
Remates mal terminados
que deshilacharon el ocaso de los días.
Redaños que fueron derribados
por las arenas del reloj que huyeron vertiginosas.
Renuncios, desacuerdos, indeterminaciones.
Claudicamos desde que nacemos
y dejamos que el tiempo nos robe las promesas.
Menos mal que las lágrimas riegan las heridas
y rescatan los rayos de sol aprisionados.
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