Tus rebosantes ojos verdes expresan con profundidad lo que esos labios y el resto de tu cuerpo no pueden hacer. Mas la limitación por razones físicas es ampliamente superada y vencida por esa fogosidad que desprende tu espíritu inquieto.
Hablábamos de un taller al que acudimos juntas impartido por una religiosa Adoratriz que trabaja en el campo de la trata de personas. Recordábamos a todas esas mujeres marcadas por el desamor. Y tu, Laura sonreíste reconfortándonos con tus reflexiones:
.- Marta, nos creemos el ombligo del mundo y mira lo que algunas personas están pasando
Y me recordaste la fortuna que a ambas nos estaba sonriendo al haber sido bendecidas por tener tanta gente alrededor que nos quiere. Yo te miraba asombrada, más bien anonadada. Y sentí una enorme vergüenza pensando en las veces en que me agobian pensamientos sombríos y lúgubres, en las quejas que atesoro a diario como si fuera una colecciòn de cromos manoseada, en los lamentos que me impiden ver todos los regalos diarios que están ahí esperándome.
Hablábamos de un taller al que acudimos juntas impartido por una religiosa Adoratriz que trabaja en el campo de la trata de personas. Recordábamos a todas esas mujeres marcadas por el desamor. Y tu, Laura sonreíste reconfortándonos con tus reflexiones:
.- Marta, nos creemos el ombligo del mundo y mira lo que algunas personas están pasando
Y me recordaste la fortuna que a ambas nos estaba sonriendo al haber sido bendecidas por tener tanta gente alrededor que nos quiere. Yo te miraba asombrada, más bien anonadada. Y sentí una enorme vergüenza pensando en las veces en que me agobian pensamientos sombríos y lúgubres, en las quejas que atesoro a diario como si fuera una colecciòn de cromos manoseada, en los lamentos que me impiden ver todos los regalos diarios que están ahí esperándome.
Mientras yo me flagelo con sandeces tu permaneces vibrante aun estando anclada a una silla de ruedas que no te impide sonreír constantemente con una luminosidad que pocas veces he visto, que no te impide disfrutar con intensidad de cada momento y pulso, apurar cada acontecimiento con el entusiasmo del niño que saborea el primer helado del verano. ¡Pero qué bonita que eres Laura!
Me diste una lección de vida este viernes cuando nos encontramos en la calle.
"Desde una silla se ven muchas cosas Marta, no queda otra. Estamos más bajitos y tenemos que levantar mucho los ojos" . Y sonreíste de nuevo dejando que tu rostro quedara surcado de curvas felices.
Tus ojos, que encierran universos ilimitados y dibujan paisajes asombrosos, son viajeros y se posan en todas las cosas absorbiendo la vida que rebosa.
Por eso esa silla de ruedas no tumba tus ganas de vivir ni frena tus ansias de infinitud. Tu rebosas para repartir con los que tenemos la suerte de conocerte y quererte.
Ay Laura Laura ¿por qué me dices que te gustó hablar conmigo?...entonces ¿yo qué diré?...solo puedo bajar la mirada y sonrojarme ante mi propia ignorancia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario