domingo, 24 de abril de 2016

OASIS





   De pronto salió ella con rueda firme llenando el escenario de grandeza y esperanza. Desafiando a un auditorio que emerge del mundo de "lo cabal" y al que quieren enseñar que sólo los seres que cumplen los estándares de calidad tienen derecho a ser aceptados. Pero mi hermosa niña quiso decirnos contra todo que el alma encierra una grandeza que no siempre destila un cuerpo enfermo, inerte y enclaustrado. Mientras recitaba los versos de San Juan de la Cruz un silencio monástico se imponía en el Salón. Costaban las palabras que luchaban por ser oídas clamado por salir de su boca difícil. Pero ella consiguió vencer lo imposible y emocionar con una fuerza que sólo Dios sabe de donde podía estar surgiendo.
Llenó la escena sin apenas movimiento pero nunca pudo verse tanto coraje batiéndose en duelo con las letras, versos y rimas. Sus compañeros miraban extrañados sintiéndose partícipes y cómplices de un momento de gesta. Al finalizar aplausos sinceros de alumnos y profesores que valoraron el esfuerzo de una niña valiente para la que el mundo siempre se presenta elevado al cubo. Bien por el profe de Literatura del IES Juan del Enzina que tuvo la sensibilidad de contar con ella un año más.

   Ha sido una semana de poesía en movimiento repleta de versos, salmos, escenas, sueños y música. He tenido la suerte de ser mecida  por las hermosas notas de un chello generoso que nos llevó de viaje por lo barracones de Auschwitz mientras se escuchaban los lamentos del Salmo 22, he podido secar las lágrimas mimosas y ahogadas de un serafín rubio, y nos ha fascinado el aterciopelado canela de una piel sedosa que clamaba por un amado que se resistía a serlo a pesar de que su enamoraba se lamentaba de ser morena pero hermosa
  Gracias por haberme hecho partícipe de este pequeño milagro: que la literatura haya vencido por un momento a Mr. Google y su amigo D. I-phone and family. 

   El mejor premio fue escuchar a esa compañera que se asomó durante un ratito por la Biblioteca del Bellido decir: "Me asomé por un rato pero no pude evitar quedarme. Fue como entrar en un pacífico oasis en medio del desierto". 

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NARANJAS DE ESPERANZA