No es la primera que te escribo.
Pero se eclipsan los instantes
cuando en ti convoco mis versos.
Saltaba a la comba
tú te deslizabas por las cuestas de la inocencia
y tan solo una calle, tan solo,
separaba nuestra algarabía de niños.
No se escribir cuando te pienso.
No se llorar cuando te extraño.
Quiero gritar pero no puedo.
Quiero soñar pero no siento.
La calle se hizo mundo.
Y ahora me cuesta soñarte.
Inocencia de versos que duermen.
Inocencia de niños que pierden.
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