lunes, 13 de enero de 2020

EN LA 216



SUCEDIÓ EN LA 216

Por Marta Redondo.
Para Iglesia en León.
Segunda quincena de enero de 2020.

Las buenas relaciones de vecindad propician que los discentes de las clases de al lado  visiten, de vez en cuando, y  con confianza,  la 216. El aula donde impartimos Religión Católica. 
Se acercó aquel muchacho repeinado. Ojos oscuros. Mirada huidiza.
Y se quedó mirando para  un compañero que, ya sentado en su mesa, se disponía a sacar el material. El observado era uno de los dos muchachos marroquíes que este año se han matriculado en Católica.
.- Pero ¿tú que haces ahí si eres moro?
Intervine pronto. Los adolescentes rezuman  deliciosa espontaneidad pero a veces si no se les corta a tiempo,  puede estallar la guerra.
.- Ya hijo. Él musulmán,  yo cristiana. Y aquí andamos. De lo más entretenidos…¿algún problema?
.- No. Ninguno. 
.- Entonces...¿por qué estamos discutiendo?
El muchacho, encogiéndose de hombros, regresó a la nave nodriza, es decir, a su clase de referencia.
Al pronto entró otro alumno. Sabía que está matriculado en  evangélica. Llevaba un rosario azul eléctrico a modo de collar. 
El profesor de la clase de al lado no acababa de llegar y yo ya quería empezar la mía. 
Pero reconozco que siento cierta debilidad por esos vecinos.  En algunos de ellos, seguramente sean figuraciones mías, atisbo cierto sesgo de orfandad.
Me percaté de algo que asomaba por debajo de los cuellos de su camisa.
.- ¿y tú por qué llevas un rosario si eres evangélico?.
.- Ya pero mira - dijo exhibiéndomelo - he quitado al Cristo de la cruz .
.- Ya pero ¿y la Virgen?
En el centro estaba la imagen de la Madre. Era un pequeño relieve de la Virgen del Carmen.
.- Bueno, la voy a tapar con un rotulador.
En esto intervino Bilal, uno de esos alumnos musulmanes que estaba en mi clase.
.- Pero ¿cómo puedes decir eso de la Madre de Jesús?
Y el muchacho evangélico se quedó un tanto extrañado...
Católicos, musulmanes, evangélicos.
Un mosaico matutino en la 216. 
Aprendiendo unos de otros.
Confieso que esos dos alumnos musulmanes que este año se han dejado caer por mis clases de Religión Católica de cuarto de ESO me tienen absolutamente fascinada.

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