DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN .
Por Marta Redondo.
Publicado en la Nueva Crónica de León el sábado 17 de agosto de 2019.
Publicado en la Nueva Crónica de León el sábado 17 de agosto de 2019.
¡Qué gustó da ver a las jóvenes mezcladas entre nosotras!
Luego llega el invierno y esto se queda tan solo…
Lo decía Asuncion mientras en derredor una bandada de niñas revoloteaban en torno al grupo de tertulia de las ocho. En la terraza del bar del pueblo. Donde nos reunimos al salir del ensayo de coro. El sol ya empezaba a tomar ese tono cobrizo de la tarde que se repliega para volvernos confidentes.
- Vengo de dar de merendar a mi madre, contaba Asun. Con sus más de cien años todavía es capaz de coger el huso en la mano. Dice que lo de antes sí que era lana y abrigaba, no como lo de ahora que todo es sintético. Como el jabón de sosa con ese perfume que impregnaba la ropa y que lavaba como ninguno.
- Pues creo que es fácil hacerlo en casa. Inquirió Laudelina.
- Claro. No tienes más que mirarlo en internet. Laura, móvil en mano busca el tutorial de marras.
Y tornan y retornan los consejos de boca en boca. Mientras las contertulias agudizan mentes y recuerdos para aportar sabiduría a una mesa que desborda de menaje cacharrero y viandas.
Se acerca Acacio para echarse una asturianada de las que se cantaban a las mozas para enamorarlas y de paso demostrar que pese a andar cacha en mano contrahecho y diezmado aún le quedan arrestos para impresionar.
- Laura, a ver si me miras el móvil que no me va el wasap. Prefiero que lo veas tú. Yo no me atrevo.
De vez en cuando se acerca un niño para dejarse caer en una de las sillas vacías del corrillo y se queda mirando al vacío como medio escuchando a alguna de las mujeres. Asun le mira.
- ¡Qué cosa son los abuelos! ¿eh? Yo lo daría todo por mis nietos. La paciencia que tuve con mis hijos no la tengo con ellos.
Y el niño repeinado del pantaloncillo corto y polo inmaculado de rayas mira con devoción a la Abuela Asun pensando en las chocolatinas clandestinas que le esperan en la despensa de casa cuando llegue y en ese cuento sobre la ermita de Boinas y su jardín que la abuela le contará por la noche.
Y que algún día Bruno contará a sus hijos, con las mismas palabras, recordando lugares y nombres. Con los mismos gestos, de la misma manera, procurando rescatar ese tesoro que el escritor leonés Ángel Fierro llamó en su libro “Memorial de pérdidas”.
- Parece que ya se pone frío. Habrá que ponerse la chaquetina. Ya sabemos que en agosto…
- …frío en el rostro responde Bruno que ya anda tirando de la manga a la abuela Asun acordándose de las chocolatinas. Bueno, y del móvil también, que lo mismo la abuela le deja cogerlo un rato.
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