viernes, 15 de febrero de 2019

LOCURA DE AMOR



Fue ayer,  buscándole  el sentido de la fiesta de San Valentín.

A ver juventud. Si hay algún sitio donde proceda hablar de amor es en las clases de Reli ¿ no os parece?
Claro, la Religión nos habla de amor profe.

.- Tu  si  que sabes Hugo.

.- Bueno, os repartiré un post-it a cada uno para que me escribáis  una locura de amor que os hayan contado  o que seríais capaces de hacer. No valen dramatismos como “me cortaría las venas por alguien”. Eso no es locura de amor. Eso es no estar en vuestro sano juicio.

Bolígrafos en la boca…miradas al techo…alguno se coloca el post-It en la frente... Lo mismo así le viene la inspiración.

.- Profe a mi no se me ocurre nada.
.- Bueno, a lo mejor alguno  no se ha enamorado nunca. Sois muy jóvenes aún.

Mientras sus cabezas elucubran tiza en mano dibujo un gran corazón y en el centro trazo  un símbolo conocido por todos. Deben  colocar  su post-It una vez escrito preservando el símbolo.

.- Podéis compartir lo que habéis escrito en alto. 

.- Profe yo sería capaz de ir a ver un partido del Barça.

.- Pues yo una vez esperé “a una”  45 minutos y encima ni apareció.

.- Yo madrugué para ir en bicicleta a verla al pueblo de al lado. Hasta la noche no regresé a casa.

.- Pues mi padre viajó a un país lejano para estar con mi madre. Al final se casaron y 20 años ya.

Desde el fondo de la clase una mirada triste levanta la mano.

.- Si dime…

Estaba a punto de oír una versión distinta.


.- La mía, profe, (con perdón del lector, lo de profe lo añado yo. Me encanta que me lo digan) fue perderme a mi misma, dejar de quererme, olvidarme de mi dejando que me controlara, alejarme de mis amigos y familia, quedarme a su lado pese a todo el daño que me hacía.

Laura, has dado en el clavo. El amor no debe ser esclavitud. A menudo olvidamos una parte importante del mandato. Amar a los demás si. Pero como a nosotros mismos. Querernos primero. Esa es la raíz de cualquier amor sano y fecundo.

Acaba la  clase con el corazón cuajado de sus cuitas  e historias amorosas. En el centro bien visible el símbolo: un crucifijo. 

Expresión de la mayor locura que nadie fue capaz de cometer por amor. 

La locura de Cristo.


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