sábado, 24 de marzo de 2018

INDULTADOS

Leo en la prensa que la cofradía ferroviaria del Santo Cristo del Perdón espera expectante el indulto del preso o presa que el próximo Martes Santo recibirá la clemencia ante el Locus Apellationis de la catedral de León en uno de los actos más entrañables y emotivos de nuestra Semana Santa leonesa. Este año hay tres candidatos. Esperemos que alguno logre clemencia en el Consejo de Ministros.
Y de perdón quiero hablaros esta semana.
Saben que es algo que no consiento. Pero el no fue capaz de reprimirse.
Tiene tanto sufrido y vivido que le sale la amargura por los poros como proyectiles sonoros que hieren. Su actitud es de desafío constante a la autoridad. Quizá porque la forma de ejercerla que él ha conocido siempre ha llevado aparejado el látigo y la espina.
Está cansado de todo y sediento de cariño. Le han hecho daño así que se revuelve contra el resto con la misma moneda. 
“He visto cosas que no debería haber visto”
Eso fue lo que me dijo Jorge en la entrevista que tuvimos con la comunicación de sanción encima de la mesa. Había insultado a una compañera ridiculizándola delante del resto.
La niña apenas esbozó una sonrisa cuando escuchó a su compañero insultarla. Parece acostumbrada a a encajar golpes. Para ella las cosas tampoco han sido fáciles.
Tras varias reuniones y mucho esfuerzo y paciencia tomé la decisión de dictar sentencia absolutoria a condición de que el alumno pidiera perdón a la perjudicada en presencia de testigos. 
Nos reunimos y - aunque no con toda la solemnidad que yo hubiera querido- se firmó el acuerdo. 
Al lado de la firma la niña a la que habían insultado maquilló  su rúbrica  con dos ojitos, un pequeño trazo vertical y una boquita sonriente. Ya en la sala de profesores una colega a la que le conté el incidente me dijo que Jorge había tenido una mañana muy tranquila. Quiero creer que es el bálsamo suave del perdón. Espero  que esto le sirva  algún día para perdonar de la misma manera que con el hicieron.
Por cierto, el chico llevaba ya varios expedientes, si hubiera cursado el mío habría supuesto la expulsión  temporal del Centro.

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NARANJAS DE ESPERANZA