Un pedante que vió a Solón llorar la muerte de un hijo, le dijo, "¿Para qué lloras así si eso de nada sirve?" Y el sabio le respondió: "Por eso, porque precisamente no sirve". Claro está que el llorar sirve de algo aunque no sea más que de desahogo. Y qué bueno es llorar con los que nos quieren.
Por eso hoy hemos tenido la dicha de llorar con vosotros: hermanos que recordasteis su buen humor y nuestros saraos estivales, amigos que viajasteis desde lejos repartiendo a los niños para contarnos que los girasoles también saben matemáticas mientras nos reíamos de los avistamientos de avutardas, hermana en la fe que acudiste presurosa a traernos una bolsa de viandas y líquidos queriendo pasar desapercibida, consiliario abnegado que abandonaste a los tuyos para rezar un responso delante del cuerpo de nuestro querido Lolo, familia del sur y del norte que recordásteis sus ocurrencias y saber estar.
¡Que grande es sentir cerca a la gente que te quiere!
Gracias a todos GRACIAS.
Lolo, como bien dijo tu hijo nos veremos en el paraíso.
Ya verás qué de peces hay en los ríos celestiales te vas a poner las botas.Y además vas a conocer al mejor pescador de todos.
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