Rusia y Ucrania.
Consagrar a Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María me parece una de las mejores iniciativas que nuestro Papa puede proponer. Ya la Biblia, esa gran novela de la humanidad nos cuenta en el Génesis , a través de la historia de Jacob y Esaú esa tendencia de los seres humanos a ponernos las zancadillas incluso ya desde el vientre materno: Pero como los mellizos se peleaban dentro de su vientre, ella pensó: «Si esto va a ser así, ¿para qué seguir viviendo?» Entonces fue a consultar el caso con el Señor y él le contestó:
«En tu vientre hay dos naciones,
dos pueblos que están en lucha
desde antes de nacer.
Uno será más fuerte que el otro,
y el mayor estará sujeto al menor.»
Sin embargo Jesús, con su Evangelio de amor dejó muy claro el mandamiento de amarnos los unos a los otros.
La Iglesia, a través del Papa, y teniendo como intercesora a nuestra Madre quiere hacer realidad esa paz que Jesús vino a traernos rezando por dos pueblos hermanos que la locura de un puñado de hombres ha enfrentado entre sí.
Rezar , interceder por ellos es uno de los mejores regalos que podemos hacer: rusos y ucranianos, como dice mi amiga Eugenia, rusa ella, y a la que casi vi derramar las lágrimas miel día que estalló la guerra:
“Nuestros hermanos ucranianos”.
Madre, envuélvelos en tu manto para que puedan de nuevo volver a ser hermanos.
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