viernes, 11 de marzo de 2022

GESTIONAR LOS ESTIGMAS




 Gestionar los estigmas.

Deberíamos  escuchar más los latidos del corazón de nuestros jóvenes. 

Despojarles de las etiquetas y barnices con que les cubrimos.

Luchar contra esos prejuicios que nos llevan a calificarles como frívolos, insensibles, y vacuos.

Este miércoles me lo decía el sabio alumno Daniel en la biblioteca en confidencia. “Nos han robado dos años de vida, profe”. “No nos han enseñado a gestionar los estigmas”. Tal fueron su verbo y  complemento, que no fueron otros los que el alumno empleó.

Busco en el diccionario el significado de estigmas por precisar su alcance: marca o señal signo de esclavitud. El sello que nos quieren imprimir desde la desesperanza, el desasosiego, el vacío. 

Ese pesimismo infame que pretende corroernos el alma.

Pero estigma es también signo que en algún santo se asoció a señal de participación en la pasión de Cristo. Insondable misterio del valor del corredentor dolor.

El duelo que siempre llega, el dolor tan humano y cercano. El que tarde o temprano llega.

Ese momento oscuro que antecede siempre. Ocaso que oculta el sol que siempre madruga para traernos la luz.

Gestionar los estigmas. 

Puede ser un buen propósito para esta cuaresma. 

Enseñarles y enseñarnos.

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