El pasado domingo 30 de diciembre celebrábamos en la Iglesia
Parroquial de San Roque en la Robla la jornada de la Sagrada Familia. Fue una
celebración entrañable preparada con esmero por los feligreses y su párroco D. Juan Jesús Fernández. Al entrar
en el templo nos vimos sorprendidos por
un portal de Belén concienzudamente construido con madera situado a uno de los
lados del altar.. Una estructura a tamaño real que albergaba a una familia viviente representando
a la Sagrada Familia de Nazaret. En
brazos de María, un hermoso y rollizo bebé, representaba dignamente a Nuestro Salvador. Y junto
a ellos un nutrido enjambre de pequeños
y coloridos pastores completaba la escena en torno al altar en el que
celebramos el sacrificio eucarístico. Emulaban así los roblanos a San Francisco de Asís hace muchos años, allá por 1223 en
Greccio, Italia, cuando una Nochebuena quiso sorprender a los habitantes del
pueblo. Un amigo de Francisco era propietario de un bosque en las montañas. En él había una gruta que a Francisco se le
parecía mucho a la cueva donde nació Jesús y que él había conocido en su viaje a Tierra Santa. Francisco le propuso a
su amigo la idea de hacer allí un
pesebre viviente y juntos lo prepararon
todo, secretamente, para que fuera una sorpresa para los habitantes del pueblo. Entre ellos, eligieron
algunas personas para que representaran
a María, a José,
y a los pastores haciéndoles prometer no decir nada hasta Navidad, y, siguiendo el relato del Evangelio de San Lucas, prepararon la escena del nacimiento. ¡Hasta consiguieron, como nuestros amigos roblanos, un hermoso bebé para que representara a Jesús! En Nochebuena, cuando todas las familias estaban reunidas en
sus hogares, las campanas de la iglesia empezaron a tocar solas… ¡Tocaban y tocaban volteando con ligereza
celeste!!… Nadie sabía qué estaba pasando…aquel tipo de toque nunca antes había
sido escuchado. Sorprendidos y asustados a la vez, todos los habitantes de
Greccio salieron de sus casas. Entonces divisaron a Francisco haciéndoles señales desde la
montaña para que subieran. Alumbrándose con antorchas, en medio de la fría y oscura
noche, se dirigieron al lugar indicado, y) cuando llegaron quedaron tan
admirados, que cayeron de rodillas.. Era como si el tiempo hubiera retrocedido
muchos, muchos años, y se encontraran en Belén, celebrando la primera Navidad
de la historia: María tenía a Jesús en sus brazos, y José no se cansaban de
admirar al niño recién nacido, los pastores embelesados y…seguro
que echáis de menos a alguien en esta escena.
y a los pastores haciéndoles prometer no decir nada hasta Navidad, y, siguiendo el relato del Evangelio de San Lucas, prepararon la escena del nacimiento. ¡Hasta consiguieron, como nuestros amigos roblanos, un hermoso bebé para que representara a Jesús!
Los Reyes Magos.
Que no cunda el pánico, en un par de días les tenemos aquí.
Que no cunda el pánico, en un par de días les tenemos aquí.
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