MISAS PARA LA SEMANA ENTRANTE

.- Y ahora misas para la semana entrante.

Cada domingo cerraba la eucaristía con esta fórmula mientras desgranaba el menú de intenciones y encargos que los feligreses habían tenido a bien encomendarle. Era parte de un esquema rítmico que se sucedía semanalmente.

D. Gabino era el cura de mi pueblo, Matallana de Torío. Un hombre sobrio y sereno. Era uno de esos sencillos curas de pueblo al que a menudo encontrabas paseando con su traje gris de faena por los caminos riberanos.

Vivía en Robles de la Valcueva, en una casa circundada por un jardín repleto de flores multicolores de las que las abejas extraían delicioso polen. El resultado era una miel casera con sabor celestial.

Mis veranos están marcados por aquellas  homilías no siempre del todo inteligibles.

 No es sencillo para una adolescente mundana entender los entresijos de la teología dogmática.

Muchos recuerdos se agolpan ahora que evoco su memoria pero uno queda enredado de manera especial entre las estampas que el pasado me devuelve. Cada verano, en el mes de julio, nuestro buen sacerdote celebraba misa a las 9 de la mañana en la ermita de Nuestra Señora de Boinas. Mi madre, tía, prima y yo acudíamos muy de mañana a través de aquellas veredas esquivando los charcos del agua sobrante acumulada resultante de los turnos de riego a manto. Y es que paralela al camino discurría una presa cerrajera. Esquivar el camino para adentrarse en los prados buscando un recorrido alternativo significaba llegar espinadas, mojadas u ortigadas. Pero poco importaba porque la madre esperaba nuestra visita. Así que a fuerza de desventuras y sacrificios matinales se fraguó un inmenso cariño a nuestra Virgen de tez morena.

Con el tiempo otro sacerdote llegó al Valle, Óscar, un joven fornido, deportista, entusiasta y repleto de vitalidad. Con su buen hacer, empeño y capacidad de organización  ensalzó a la Madre restaurando la ermita lo cual dotó aún más de dignidad a nuestra patrona. Hemos tenido suerte por aquestos valles del Torío. Y seguimos con fortuna mientras haya sacerdotes celebrando misas para la semana entrante.