No es mal día para recordar un hecho un tanto desconocido por muchos.
No tanto que hoy se celebra el día de Europa, bastante recordado por los medios de comunicación, sino el motivo por el que la bandera de la Unión Europea recoge un fondo azul celeste sobre el que se despliegan en círculo doce rutilantes estrellas.
La idea surgió de un concurso de ideas al que un tal Arséne Heitz, alsaciano ferviente católico, se presentó.
La finalidad del concurso era elegir el diseño de la bandera de la incipiente Unión Europea, por entonces aún llamada Comunidad Económica Europea. Con la medalla de la milagrosa entre manos, la misma que le fue revelada a Santa Catalina Labouré, el alsaciano decidió elegir este diseño para nuestra bandera. Leyendo las declaraciones posteriores Arséne explicaba que le pareció buena idea elegir este diseño inspirado en el pasaje del Apocalipsis "Y apareció en el cielo un gran signo y una corona de estrellas sobre su cabeza". El diseño fue felizmente elegido para ondear por todos los países que decidieran unirse a la causa comunitaria.
Muchas interpretaciones se han querido dar a las estrellas áureas: que representan los doce signos del zodiaco, las XII tablas de la ley del derecho romano, los doce trabajos de Hércules. Todas ellas podrían encajar de no conocerse la verdadera génesis del diseño.
He leído que las estrellas brillantes representan la esperanza de las naciones. Me ha gustado esta visión que conjuga perfectamente con una mujer a la que evocan esos dos atributos que se recogen izados en todos los estamentos institucionales de la vieja Europa. Esa vieja dama hastiada de guerras que busca paz y que no ha elegido mala patrona para invocarla. Al fin y al cabo así llaman a María: Reina de la Paz.
PD: Os dejo a Rosa celebrando la ciudadanía europea. No se nos dió mal aquel año. Y aún teníamos esa inconfundible voz de Jose Luis Uribarri ;-)
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