Si. La lágrima resbalaba suavemente por su mejilla dejando a su paso la desolación de una pena inmensa.
Ella es una de esas alumnas desinhibidas y jacarandosas.
Un tanto dispersa y tendente a la ensoñación.
Recuerdo haberle puesto una nota baja. ¡En el examen no había dado ni una!y además siempre anda vagando por la extratosfera. Por eso me extrañó tanto verla llorar enterneciéndose mientras veía la peli.
Y es que el otro día tocó reflexionar sobre algunas escenas de la película Jesús de Nazaret de Zefirelli, las de los últimos días de la vida del Señor antes del fatídico momento de su cruenta muerte. Un clásico por estas fechas. Les gusta especialmente a pesar de que me suelo poner muy seria con ellos instándoles a que guarden el debido respeto por lo que la historia representa para nosotros. El género humano se jugó mucho en aquellos días de zozobra y muerte.
Durante el visionado los que pertenecen a alguna cofradía disfrutan especialmente. Son los alumnos que más conocen los detalles de la Pasión. Es entonces cuando pienso en el gran regalo que es para todos nosotros esa gran catequesis plena de belleza que inunda de arte y música las calles de nuestro León.
Seguramente mi soñadora alumna ha visto muchas veces esas procesiones de Semana Santa que nos preparan el corazón para revivir aquellos momentos.
En la pantalla Cristo agonizaba mientras a duras penas y con voz entrecortada exhalaba el último suspiro diciendo "Todo está cumplido". Fue entonces cuando vi esa lágrima resbalando suavemente por su mejilla dejando a su paso la desolación de una pena inmensa.
Virgen del Camino, Nuestra Señora de los Dolores, no llores Madre, no llores, pronto nos lo devolverán.
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