Lebanza es tierra de montaña. Lugar de evocación de casa. Nombre manido en labios de mi madre.
Lebanza es territorio descubierto hoy a través de los ojos de mi madre que nos llevó allí con la fuerza de sus recuerdos. Allí estuvo mi abuelo de practicante cuando la historia hizo del singular edificio sanatorio para enfermos de tuberculosis que sanaban sus pulmones al aire limpio de sus montes verdes.
Ahora es campamento de la diócesis de Palencia. Pero antes fue abadía, y cuartel de expolios franceses, Amén territorio de desamortización en tiempos de tropelías civiles.
Hoy surtieron las lágrimas de sus ojos. Una hija lloraba lamentándose por un padre que pasaría mucho frío y miseria sacrificando su bienestar por llevar alimento y futuro a su mujer y sus tres hijos. Uno de esos tres niños era mi madre. Florina, la mayor.
Lebanza es tierra de la Virgen, ya que ese mismo edificio fue abadía Mariana y aún conserva su capilla extrañamente silenciada por los rigores de un virus extraño que este año 2020 decidió descender a la humanidad para complicarla la existencia.
Cerca de la abadía hay una iglesia románica de bella factura que parece una maqueta de pura perfección y sutileza. San Salvador.
El entorno forma parte de la merindad de la Pernia cuya capital reside en la localidad de San Salvador de Cantamuda, depositaria de una curiosa leyenda que habla de una condesa llamada Elvira cuyo celoso marido propició una furiosa persecución contra su esposa que hubiera tenido tragedia como final de no ser por una criada muda que se arrancó a hablar para demostrar la inocencia de su señora. De ahí la razón del topónimo que bautiza el lugar.
Cerca del lugar está Cervera de Pisuerga donde existe un museo etnográfico propiciado por el mecenazgo de un matrimonio que se propuso salvar la zona del Olvido recopilando objetos etnográficos que hablan de los gustos, pareceres, temores y esperanzas de sus gentes. La consorte del citado matrimonio se llamaba Piedad Isla y además de mecenas inquieta fue una fotógrafa intuitiva que supo captar como nadie los rasgos y peculiaridades de los habitantes de la zona haciendo una radiografía perfecta de ese mundo rural que ya se encuentra en especie de extinción.
Piedad ha dejado algunas reflexiones escritas en distintos lugares del museo que nos hacen intuir que era una gran escritora aunque solo pudo estudiar hasta los 15 ya que la muerte de su padre cercenó toda educaciónfutura que ella cambió por una buena partida de lecturas que alimentaron su hambre intelectual.
Lebanza significa alabanza. La que yo elevo al creador por este regalo de hoy caminando del brazo con mi madre por este entorno que siempre quiso conocer. Él lo hizo posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario