sábado, 25 de julio de 2020

POR LOS QUE SE FUERON


Por los que se fueron.

       La soledad de la muerte parece amplificada por la frialdad de la piedra y la humedad de la tierra  que envuelve a los que se van. Triste es ver partir a los que nos convocaron a la fiesta de la vida, enjugaron nuestras lágrimas, y se regocijaron con nosotros en las alegrías. Y aún lo es más cuando la guadaña viene de manera clandestina y silenciosa en forma de aliento asesino. Mañana recordaremos en una misa de funeral a nuestros difuntos por Coronavirus a las 11 de la mañana bajo la mirada pétrea de los ojos llorosos de nuestra vetusta catedral que suspirará apenada por los que se fueron inesperadamente. Una catedral que verá su aforo extrañamente dispuesto en distancias precavidas. Con sus fieles embozados y en permanente estado de desinfección. Una catedral que se erguirá galana como siempre pero en medio de una plaza semivacía sin los habituales peregrinos que estarán ausentes pero no por estar abrazando al santo en la víspera de su onomástica. Santiago Apóstol. 
        A él te pedimos por esta España nuestra con esa oración que Unamuno escribió. Dios de mi España contrita, tómame un chorro de voz, recibe el recio lamento de una agónica oración. 

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