Prefiero las ratas correteando por encima de mi jergón a aquella camita blanca e insulsa del Centro.
La asepsia me da alergia. Una vida limpia y pulcra es lo que mamá siempre quiso para mi. Carrera de derecho y el despacho heredado de papá. Una vida teledirigida. Una taza de café con dos terrones de azúcar. Puestos a fingir prefiero brown sugar inhalado en compañía . Me aterroriza la jeringuilla. Pero así es distinto. Su olor es mil veces mejor que el del café de casa. La grandeza de sentirse libre como esa rata que ahora mordisquea el dedo gordo de mi pie.
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