Nada es por casualidad. Está claro que por allá arriba todo está planificado. Los casi cuatrocientos kilómetros que Renfe me hace padecer a diario se compensan con creces cuando estoy con ellos: mis alumnos de Religión.
Cuando comencé esta nueva andadura estaba poco menos que aterrorizada ¡Dios mío, cómo me la voy a montar para poder manejar a tanto adolescente junto!. Pero todo se ha arreglado a las mil maravillas. Resulta que nos gustamos mutuamente. Me fascina esa mezcla de rebelión, rebeldía,inocencia y el toque golfete que descubro en ellos cada día, ese afán por apuntarse a lo políticamente incorrecto y el desafío a la autoridad que sin embargo están reclamando a gritos. Pero sobre todo me quedo con su autenticidad, esa que les sitúa tan lejos de esos adultos gastados que ya están de vuelta de todo.
Estos chicos y chicas de Medina enganchan ciertamente por su frescura y vitalidad.
Por cierto esto de estar rodeada de Conventos tambieán ayuda...pero eso lo contaré otro día.
Ciertamente...nada es por casualidad ¿verdad Madre?
Gracias por enseñar lo esencial a los jovenes¡
ResponderEliminarImagino que ´habrá momentos difíciles, pero la labor es maravillosa
Gracias porque nos repercute en positivo a todos
Los jóvenes te sorprenden cada día María. Gracias por los ánimos, se necesita saber que somos muchos los que pensamos de esta manera. Al fin y al cabo es una tarea en equipo. Un abrazo
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