Estamos en Resurrección, tiempo de alegría desbordante, porque Él venció a la muerte. Porque sabemos de quien nos hemos fiado, por eso hoy quiero lanzarle un guiño a la Vida, al Señor de la Vida y deleitarme en las bellezas que nos regala: los verdes campos cuajados de flores que diviso a través de la ventanilla del tren, la sonrisa fresca de mis pequeñas que me abrazan cuando regreso a casa, los madrugones de Manuel que me lleva a la estación turbando su placentera sueño matinal, las carreras de los alumnos del Instituto que desbordan de vida, la sonrisa del compañero que hoy es más amplia por ser viernes. Todo habla de humanidad, de esa humanidad que Él abrazó en toda su integridad y divinizó con toda su bondad. Él lo recoge todo, lo abraza todo, lo justifica todo lo llena todo. ¡Señor mío y Dios mío!¡Resucítanos también a nosotros!.
Belleza. Quiero captarte en esos instantes para apropiarme de un poco de eternidad...
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Hablando de Resurrección, no te puedes imaginar la gozada que fue rezar ante la Sábana Santa.
ResponderEliminarTe escribo aquí porque no me dio tiempo en el trabajo.
Cuenta con nosotros el 23. Ya me dirás hora y sitio.
Un abrazo.
María Jesús