Alfa y Omega
Alpha. En el principio la palabra, el descubrimiento de una realidad a la que se le dota de existencia mediante la elección de un nombre que refleja y desvela el misterio.
Recordaremos a Alpha,
Necesaria iniciativa de nueva evangelización orientado a las personas en búsqueda, aunque a veces ellas mismas no lo sepan, y que propone encuentros en torno a una mesa, ágape y conversación en un ambiente fraterno. Acaba de terminar la segunda edición. A buen seguro ha supuesto para muchos la novedad hacia un descubrimiento. Un descubrimiento que empieza a menudo en las primeras catequesis, escuelas de fe y testimonio. Mañana celebran los y las catequistas, testigos de la alegría, su encuentro. Nuestro más sincero agradecimiento por su labor desinteresada.
Estos días son distintos... Los adolescentes más veteranos de bachillerato y los universitarios más avezados, se encuentran en su omega alfa, el final de una etapa que supone el inicio de una nueva, se gradúan al final de un largo camino de esfuerzo y aprendizaje para comenzar un estadio distinto.
Los caminos que se inician y entrecruzan, las decisiones que determinarán el futuro de nuestros hijos, nietos, hermanos, amigos, ellas y ellos, que preocupan y ocupan nuestro corazón.
El alfa y omega de nuestras vidas.
Te los encomendamos, Señor.
No les faltes nunca, ni a ellos ni a nosotros. Tampoco tú, María. Que siempre nos guías y acompañas en este camino. De principio a fin.
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