Me ólvidé de muchos compañeros: de Rosa, de Nuria, de la fantástica Ruth, qué triste es esa memoria que tanto olvida.
Buenos momentos en aquella cocina, y en el chorco , al calor de la magdalena confidente.
Belleza. Quiero captarte en esos instantes para apropiarme de un poco de eternidad...
La columna de esta semana está hecha en colaboración con un AMIGO, maestro de vida del que he aprendido mucho y al que le deseo lo mejor.
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