El pasado viernes se convocaba una jornada de huelga en el
ámbito estudiantil para exigir un cambio en la política medioambiental. La iniciativa
surgía a consecuencia del activismo de
Greta Thunberg, la niña sueca de 16 años que se ha convertido en una líder de
masas moviendo y removiendo a los adolescentes. A través de las redes se
movilizaron jóvenes de todo el mundo bajo el slogan Friday for future. Viernes
para el futuro.
He de reconocer que la historia de esta niña me ha fascinando.
Su periplo de sufrimiento en el colegio
plagado de acosos debido a padecer síndrome asperger, el empecinamiento en
emprender una huelga de hambre para ser escuchada, la fuerza que imprime en sus
discursos pronunciados en tribunas de organismos tan prestigiosos como la ONU
con ocasión de la Cumbre de Acción Climática.
Pero no faltan sus detractores. Entre ellos María, mi pequeña
alumna de Segundo. El pasado viernes hablábamos de la activista. Los escasos
alumnos que acudieron a clase querían saber por qué ese día las aulas
permanecían semi vacías. Y les hablé de Greta.
Antes de ayer María me decía enfadada:
Ay profe, el viernes por la noche estuve viendo vídeos de la Greta esa y no me
ha gustado nada. En una foto que vi se la veía ahí en una mesa comiendo de todo
y a su lado unos cuantos niños pasando hambre la miraban ¡Es una falsa!
La verdad es que en ese momento no supe que decir.
Muchos desconfían. No
acaban de ver claro su poder mediático. Aseguran que parece alentado por esos sectores para los
que precisamente se dirigen las quejas de Greta. En este sentido el escritor
Daniel Bernabé indica: ‘Perdonen que levante una ceja en señal de desconfianza,
pero rara vez quien posee los resortes de poder decide pegarse un tiro en el
pie dando facilidades a quien les confronta”.
Si bien Greta ha logrado movilizar muchos corazones entre lo
que me encuentro también lo es el hecho de que no parece que sus acciones vayan
completamente alineadas con sus palabras. Y eso es algo que el público
adolescentes pide a gritos. Coherencia. (Ellos buscan referentes integros con
la misma intensidad que viven esa revolución hormonal que les lleva en volandas
al periodo adulto. )
Es indudable que necesitamos un cambio en nuestros hábitos
si queremos preservar el planeta. En este sentido ya el
papa Francisco desarrolló ampliamente este problema en su encíclica Laudato si
donde se habla de otro Francisco que
precisamente inspiró el nombre de nuestro actual pontífice San Francisco de
Asís. El entrañable patrono de la ecología que llevó su austeridad hasta las
últimas consecuencias viviendo en extrema pobreza en armonía con la naturaleza.
Hoy celebramos, mira tu por donde, su
festividad. Estoy segura de que a Greta le hubiera encantado conocerlo.
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