jueves, 8 de septiembre de 2016

VERGÜENZA


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.- Me dió vergüenza ajena. Pegando voces como una barriobajera. Todo el bar tuvo que enterarse de su vida privada. Yo me escondí detrás del periódico. Sabe que soy el tutor de su hijo y no quería que viniera a darme la chapa. Y luego el chico es rarito de coj... sueña la señora con que el niño va a sacar Bachillerato...bueno como si el Bachillerato lo sacara cualquiera...y luego no sale de las faldas de su madre...no tiene vida...mal pinta el asunto...

El honorable docente se caló los anteojos - mientras compartía con nosotros estas reflexiones sobre su vergonzoso encuentro con la madre de su tutorando -y subrayó el nombre del chico con un rotulador fosforito amarillo Trazo rápido, aséptico, la sentencia acusatoria del juez decano. Sus correligionarios asintieron con veneración. La experiencia es un grado por supuesto, nadie lo duda.
El compañero pontifica cuando habla.

Esta tarde la vi. Andar ranqueante. Silueta fina. Con su habitual aspecto enfermizo Boca  vacía de piezas dentales. Pensé que como las últimas veces pasaría de largo. Últimamente parecía no tener ganas de conversación y yo tampoco hoy tenía demasiadas.Pero se paró. Me miró. Y toda su cara sonrió a la par que sus ojos pardos se iluminaron con una luz que nunca había visto en su rostro.

¿Sabes que mi hijo empezó la Universidad?....Si supieras su historia....Los asistentes sociales quisieron quitármelo. Yo acababa de sufrir una pérdida irreparable...y no quería separarme de él por lo que hasta cuarto de primaria no empezó a ir al Colegio....eso retrasó sus estudios...no quería que él también se fuera...estaba en una profunda depresión y mi otro hijo es autista...pero Hugo es grande....y tiene capacidad....estudió con empeño...y cada vez fue mejorando sus notas...ahora tengo un hijo en la Universidad...lo hemos conseguido...aunque siempre ando chillando con el...le digo que salga...pero no quiere despegarse de mis faldas...

Y pensé en aquel profe que se calaba los anteojos meneando la cabeza con incredilidad.

Pero también pensé en ti y recordé tus hermosas palabras "La belleza puede encontrarse en el sitio más inesperado..."

Pues si, mi buen amigo ...yo la encontré en la calle en los ojos de una mujer enferma y apaleada por la vida, 
de andar ranqueante, rostro cansado, boca desdentada pero alma anegada por el orgullo de haber cumplido un objetivo en el que casi nadie creía...¡Qué bella lucía con su sonrisa recién estrenada!


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