miércoles, 10 de agosto de 2016

UNA DE MURO POR FAVOR






Christian explicando los orígenes y peripecias del muro a los atentos alumnos
Es una historia sorprendente que interpela sobre la sinrazón de la tiranía.
Un muro para evitar problemas. Fue en Alemania en 1961. Construído para dividir en dos mitades a los habitantes de un mismo país. Se pretendía asegurar la paz por parte del bloque del este dominado por los soviéticos respecto a un bloque oeste asomado a occidente bajo el protectorado americano que amenazaba el estilo de vida defendido por el socialismo. En total más de 150 kms de separación que rodeaban la frontera. El muro estaba  custodiado por soldados alemanes. Para asegurar el absoluto control por parte de los soviéticos el muro estaba cubierto en la parte superior de una capa de arena con el fin de dejar testimonio ocular de los posibles pasos de algún intento de fuga. Es conocido que algunos oficiales alemanes que custodiaban el muro se dejaban llevar por el corazón cuando el huído era un familiar y amigo y hacían "la vista gorda". La arena marcada por la huella era delatora de esta transgresión por parte del centinela tramposo lo cual suponía la inminente ejecución.
Durante nuestra visita reciente a Berlín ,con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud, conocimos esta historia de la mano de Christian.: un "free guide" oriundo de Chile, hombre de mundo que había viajado por numerosos países y que nos contó la historia del muro y sus vicisitudes al menos igual o incluso mejor que cualquier profe de Historia. Le felicité por ello.
Nos recordó la historia del "mártir" alemán Peter Fechter, un obrero de la construcción que quiso saltar al otro lado del muro en compañía de un amigo siendo descubierto y tiroteado lo cual le provocó la muerte tirado en medio del camino después de una hora de agonía en la que nadie acudió a ayudarle. Pues bien esta historia inspiró la hermosa canción Libre de Nino Bravo. Para mi es una canción muy especial.
Contándole estas y otras anécdotas a una amiga reflexionaba ella sobre la necesidad que tenemos de derribar los numerosos muros que cada día mostramos ante los demás.
Pero en esta ocasión quiero darle la vuelta al argumento. Los muros también son necesarios para defender los tesoros que requieren ser custodiados de la profanación. Son baluartes que aseguran escapes innecesarios y costosos. Cimas que preservan la seguridad necesaria para que las cosas funcionen con exactitud y eficacia. Esos muros hay que conservarlos y garantizarlos con un buen mantenimiento a prueba de derribos. Abogo por dejarlos ahí. 
Pero no es necesario que sean completamente ciegos, sugiero una puerta con puente levadizo y alguna ventana en cuyo alféizar coloquemos macetas repletas de geranios de colores  para que la luz pueda filtrarse al interior. Así la cámara del tesoro se verá más hermosa repleta de luz solar.

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